Astros traidores...

AutorLuis Homero Echeverría

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BERLÍN.- Era el segundo penal de la lista francesa. David Trezeguet, uno de los que menos jugó en el torneo para "Les Bleus", tomó el balón, cobró el tiro y lo estrelló en el travesaño: balón afuera.

A los 7 minutos del juego, Zinedine Zidane también cobró un penal y pegó en el travesaño: balón adentro.

Para un amante de la astrología como el técnico francés Raymond Domenech, el zodiaco lo ilusionó y después le falló a la hora menos indicada.

Para acomodarse a su vocabulario astral, Trezeguet tenía toda la energía negativa y casi no tuvo participación en Alemania 2006, porque no se acomodaba a esa tendencia zodiacal de Domenech. El delantero de la Juventus nació después de agosto, como los jugadores que no tuvieron participación con Francia en el Mundial y que actuaron pocos minutos. Cosa de Raymond. Aún así lo metió, no quedó de otra ante el cansancio de Ribery y los calambres de Henry.

Un jugador como Trezeguet, olvidado en el banquillo por causas del horóscopo, de pronto se enfrentó con la responsabilidad de un penal en la serie definitiva. Lo falló.

En lugar de Domenech, fue el volante italiano Mauro Camoranesi, el que se acercó al final a David y en vez de irse a festejar con el resto de italianos, se abrazó con él para consolarlo. Al fin argentinos de origen los dos y compañeros en la Juve.

Y el otro astro que le volteó la cara a Domenech y a toda Francia fue Zidane.

Zinedine demostró que los grandes jugadores, los realmente grandes de la historia, se quedaron en el pasado y que hoy sólo se construyen figuras de papel.

La de Zidane se rompió anoche. El cabezazo a Materazzi acabó con la mentalidad francesa y la positividad de Domenech.

Las estrellas le fallaron al entrenador galo y lo dejaron como un buen...

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