Aspecto deportivo, alma relajada

AutorAlberto Bortoni

De entre las marcas japonesas, Toyota tiene el estigma de ser de las más aburridas, aunque también de las más confiables. Sin embargo, tradicionalmente sus productos han sido poco emocionantes, tanto en conducción como en diseño.

Afortunadamente, la marca ha puesto atención a este sentir, lo que ha significado diseños cada vez más osados y la actualización para la Highlander es un buen ejemplo de ello.

Se trata de una renovación de media generación con la que lograron darle una imagen más moderna. En el frente colocaron nuevos elementos horizontales en color aluminio, que le dan un aspecto más rudo. Además, sus nuevos rines ayudan al aspecto deportivo, así como detalles en las calaveras y reflectores traseros.

Pero, siendo estrictos, la Highlander realmente no es un vehículo deportivo; quizá tampoco es un vehículo emocional. Se trata de un auto bien pensado, sensato en todos sus elementos, práctico para la convivencia diaria y con un buen nivel de equipamiento.

El manejo es muy relajado. Si se aborda la Highlander para sentir el camino habrá una desilusión fuerte. Resultará claro que la dirección es demasiado suave y poco precisa en el centro, un punto negativo para los entusiastas. Pero no todas las vueltas son chicanas y no todo el asfalto es pista y, si se aborda con esto en mente la experiencia es muy relajante.

Después de...

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