Asómese al DF / Vidrio en peligro de extinción

AutorÉdgar Anaya

Cuando el obrero artista sopla por la caña metálica, con cuyo extremo opuesto tomó una muestra de vidrio fundido del ardiente horno, la magia comienza: lo que era ordinaria arena fundida se expande y se convierte en redondeada y delgada piel donde transparencia y luminosidad se abrazan, en un mundito de luz que crece y crece alimentado por el aliento de quien, en ese instante, juega a ser un dios creador.

El maestro sacude y gira en el aire su esfera y ya se convirtió en un jarrón; lo desprende del tubo (al hacerlo le queda un ombliguito para siempre a la pieza) y, colocado en el soltador, acentúa sus formas; la pieza se caldea -vuelve al horno para evitar que endurezca- y al salir, el acabador le coloca detalles y serpenteantes tiras líquidas incandescentes en ambos lados: las asas. El jarrón está listo y desprende destellos verdeazules en la oscuridad de la noche; su autor lo levanta para presumirlo y el público asistente a la demostración celebra el nacimiento con un torrente de aplausos.

Nace en la boca...

"Al cerrar Carretones hace dos años nos convertimos en la última fábrica de vidrio soplado de la ciudad", dice Miguel Ángel González, maestro de ceremonias y gerente administrativo de la fábrica Mayaglass.

Como en otras de Guadalajara, Puebla y Texcoco, esta fábrica usa desperdicio de vidrio como materia prima (el cristal, por cierto, de mayor pureza, se obtiene al fundir arena sílica, y el resultado de reciclarlo una y muchas veces es el vidrio).

"Compramos toneladas de basura de vidrio y la fundimos. Traemos escuelas para que vean la importancia del reciclado", comenta González.

Con 35 años de vida, Mayaglass (antes Vidrio San Pedro) lucha por sobrevivir. "Carretones cerró por los altos consumos de energía; en Guadalajara, de 65 hoy sólo hay 15 fábricas, y a nosotros nos cuesta 5 mil pesos al día prender el horno (2000°C), por el gas que usa. Nos resistimos a dejar de producir este arte mexicano tan valioso en la capital del país".

La empresa elabora unas mil piezas al día, de muy variadas formas, que en parte se exportan, principalmente a EU. Los chinos son la otra amenaza: "Su vidrio es muy barato, aunque delgado. Nosotros podemos hacer todo lo que la salga de la imaginación, hasta muebles. Es un privilegio al alcance de cualquiera tener una pieza única de vidrio, comer con platos, vasos, copas y hasta cucharas de vidrio soplado; nace en la boca y termina en la boca".

Vidrio espectacular

Mayaglass tiene, además de su tienda, un...

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