Así y Allí / ¿Ganó el General?

AutorAlvar González

La escena, historiográficamente, es excepcional: finalizaba 1860 y voceado por todas las campanas templarias de la Gran Ciudad hacía su entrada triunfal aquel a quien los entonces corrientes tiempos habían llevado de tinterillo en el Teúl, a general vencedor absoluto de Miramón y los conservadores. Desde un balcón en la Calle de Plateros, observaba el regocijo popular otro general -ese sí de carrera y charretera-, receloso (y rete celoso) de lo obtenido por el improvisado militar ¡que había logrado lo que él no pudo! De hecho, y bien lo sabía el del balcón, el pueblo lo había bautizado como "el general de las derrotas" y tú sabes que en términos muy generales (y civiles) el éxito ajeno punza a bayoneta calada.

De pronto el zacatecano detuvo su marcha e invitó al de Guanajuato a bajar y acompañarlo. ¿A dónde? A donde se celebran en este país las grandes victorias... contra otros paisanos (especialidad de la casa desde el 19): a Palacio Nacional. Jesús González Ortega, el vencedor en Calpulalpan, pidió a quien en sus campañas obtuvo puras golizas en contra, a Santos Degollado, que entrara con él al templo mayor republicano. Noble gesto del abogadillo devenido en brillante general. Buenonda ¿no crees?

Cambio de escenario en el Gran Teatro de la República. Cuando Jacobo Gálvez inmerso en la moda neoclásica lo proyectó, se llamaría "Juan Ruiz de Alarcón" en honor del contrahecho autor mexicano que demostró en España que el genio también germinaba en esta orilla Atlántica. Eran tiempos de crisis (¿te suena la palabreja?) que no auguraban...

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