Así y Allí / Cebada malteada

AutorAlvar González

Viejas revistas, de 1923, que llegaron a mi proveeduría de tinta seca o al Laberinto del que ya algo te he contado. Viejas revistas que refrescan, en más de un sentido, la memoria. Y no lo tomes como falta de respeto decirte que no me importa si te gusta o no te gusta, ni mucho menos de cuál tomas, porque viendo esos añejos anuncios se me ocurrió que podríamos hablar de ella y así en genérico. De la cerveza ¿por qué no? Pero vamos por partes.

El más o menos espumoso asunto viene de lejos. Que a los egipcios su dios agrícola, Osiris, les enseñó a fabricarla y en algunas tablillas babilónicas se hace mención a ella. A comienzos de la era cristiana ya era conocida su fabricación en Europa y a base de un cereal al que hacen alusión incluso textos bíblicos: la cebada, originaria de Asia y Etiopía. Eso es: la cebada se "maltea" o se deja germinar para que produzca azúcares y allí comienza el proceso de fermentación y fabricación. Pero el proceso de consumo en estas tierras no es tan añejo como pudieras imaginarlo, y espero en alguna ocasión contarte cómo hacia mediados del Siglo 19 empezó a popularizarse y a desplazar al pulque, que era el lubricante común de fiestas y francachelas sin necesidad de mucho apoyo publicitario. Aquí no estorba una simpática nota tan histórica como paradójica: ni Cuauhtémoc ni Moctezuma en su monárquica existencia probaron una gota de cerveza y por la fundamental razón de que la cebada aún no llegaba a sus dominios. Ellos sabían, y seguro mucho, de pulques.

Un par de...

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