Arturo Brizio / A un lustro

AutorArturo Brizio

El futbol moderno trajo, junto a la velocidad del juego, los esquemas defensivos, el impactante despliegue físico atlético y los enormes intereses económicos, la necesidad de incorporar la tecnología a un deporte que se había resistido a ello.

Fruto de esa dinámica, el International Board, brazo técnico de la función arbitral para la FIFA, se dio a la tarea de diseñar una estrategia que lograra disminuir el error humano sin quitar espectacularidad al juego.

Sir David Ellaray, antiguo juez con gafete de FIFA en la Liga Premier, fue el encargado de aterrizar el proyecto cuyo lema fue: "mínima interferencia, máximo rendimiento".

También se estableció en el protocolo la gama de acciones susceptibles de revisión las cuales, como recordatorio para los amables lector@s de Cancha, son penal, expulsión, gol, incidente no visto e identidad errónea. Hasta aquí, todo era coser y cantar.

El problema se presentó en la implementación, pues el mundillo futbolero esperaba que el sistema nos hiciera vivir en un mundo perfecto y eso, mientras sigan dirigiendo los partidos seres humanos, es imposible.

La herramienta surgió para reparar ECO, (error claro y obvio) cometido por los árbitros. Solo que esa "línea de intervención" ha variado tanto en la Copa del Mundo como en cada Liga, atendiendo muchas veces a un tema de idiosincrasia.

En México estamos a pocos días de celebrar el quinto aniversario de la aparición del VAR. Fue en un partido Atlas contra Veracruz el 19 de octubre de 2018 y sigue generando polémica, básicamente por la falta de información y preparación de aquellos encargados de difundir el futbol.

Con honrosas excepciones, se critica e incluso se increpa a los...

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