El arte de vivir

AutorErnesto R. Lanz

En las mismas calles vienesas por las que anduvieron personajes como Mahler, Schoenberg, Beethoven y, por supuesto, Mozart, hoy caminan jóvenes, niños y familias enteras que gozan de una ciudad que les ofrece un alto nivel de vida y un futuro optimista, más aún desde que Austria se integró a la Unión Europea en 1995.

Esas mismas calles que soportaron el peso de Napoleón Bonaparte y el daño de las bombas al final de la Segunda Guerra Mundial, ahora rebosan de tranquilidad... Vías adoquinadas envueltas por el silencio al mismo tiempo que otras dan la impresión de no conciliar el sueño, saturadas de personalidades locales y turistas curiosos que con su bullicio llena de alegría la atmósfera. Esas mismas calles por las que paseaba Gustav Klimt, Schiele y Sigmund Freud, ahora sorprenden por su aspecto modernista en el que los escaparates de las tiendas compiten en creatividad y diseño, conceptos omnipresentes en toda la capital austriaca.

Arquitectura, música, pintura, teatro, literatura, diseño, ciencia, gastronomía... todo complementado por un entorno natural privilegiado, por un Danubio que nace en la Selva Negra y desemboca en el Mar Negro, y que llena de luz a más de siete países.

Esa Viena que ha contribuido durante siglos al enriquecimiento del arte y la cultura, descansa hoy en un presente que nos deja ver la capacidad de un pueblo para reponerse a la tragedia y salir adelante con fuerzas renovadas, no sin antes dejar de sorprender al viajero que, al estar en estas tierras, no puede dejar de lado que se encuentra en un destino cuya Universidad se convirtió en el centro del Humanismo.

"Lebenskunst" es una palabra que significa "arte de vivir", y los vieneses han hecho de su vida, precisamente, un arte que se palpa en cualquier rincón, en sus jardines y palacios imperiales que constatan un pasado glorioso y que a su vez se convierten en testigos del cambio, de cómo una sociedad entera evoluciona de tal forma que, sin perder su natural elegancia, se ha vuelto referencia de buen gusto y pasión por la belleza.

El arte de conocer

Si entendemos al viajar como un proceso de aprendizaje, podemos afirmar que visitar Viena resulta una gran lección de vida.

Los viajes pueden ilustrarnos sobre el papel que han jugado en la historia los sitios visitados y entender tanto los tiempos que nos precedieron como la época en que vivimos. Finalmente, los viajes nos enseñan acerca de nosotros mismos y, en ese sentido, Viena tiene mucho que enseñarnos: una urbe clave en la historia del Viejo Continente.

El esplendor de la Viena actual es el resultado de la suma de un grandioso pasado y de un presente cada vez prometedor. Aquí todavía se percibe el refinamiento de su herencia imperial, de sus palacios, de sus grandes avenidas, jardines, monumentos y puentes que contrastan con tiendas y escaparates con diseños multicolores y arriesgados, y en donde podemos encontrar ropa, muebles y lámparas minimalistas, así como objetos de apariencia futurista que sorprenden por sus estilizadas formas.

Un hecho tan simple como recorrer a pie sus calles se convierte en peregrinaje y cátedra donde se palpa su pasado extraordinario y un presente con futuro. Al deambular por la localidad saltan a la vista detalles exteriores e...

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