ArquiteXtos / ¿Contemporáneo?

AutorAlejandro Hernández Gálvez

No por vivir todos en el mismo momento, vivimos todos el mismo tiempo. En lo que tal vez sea su texto más famoso, la conferencia de 1908, Ornamento y delito, el arquitecto austriaco Adolf Loos revelaba con ironía la evidencia del hecho: "El ritmo del desarrollo cultural sufre con los rezagados. Quizá yo viva en 1908, pero mi vecino vive en 1900 y aquel de allí en 1880. Es una desgracia para un Estado que la cultura de sus habitantes se reparta en un espacio de tiempo tan grande. El campesino de Kals vive en el Siglo 12. [...] Entre nosotros mismos hay aún en las ciudades personas inmodernas, rezagados del Siglo 18, que se horrorizan de un cuadro con sombras violeta, porque todavía no pueden ver el violeta".

Nosotros no vivimos tampoco en un solo tiempo, estructurado de principio a fin y cerrado, gracias al progreso, en un círculo virtuoso donde coinciden el paraíso perdido y el prometido. Ni cíclico ni lineal, nuestro tiempo es muchos tiempos que se pliegan y entrelazan. Por eso entendemos bien la pluralidad de tiempos denunciada por Loos y, en cambio, dudamos recelosos de la conveniencia de privilegiar un tiempo sobre los otros. Loos pertenecía a una modernidad que se quería vanguardia, mesiánica y, en consecuencia, tan heroica como excluyente. Nuestra época es de pluralidad y tolerancia. Pero pluralidad y tolerancia se confunden a veces con eclecticismo e indiferencia. Si la crítica social decreta la inconmensurabilidad de culturas diversas y, por tanto, su paridad --que no su equivalencia--, el liberalismo político lleva el agua a su molino reduciendo la idea de un bien común deseable al mínimo necesario, usando muchas veces la tolerancia a los diferentes como excusa para encubrir la indiferencia hacia los excluidos.

En la cultura y las artes el discurso es similar. No hay ya valores universales que fundamenten nuestros juicios -y fue precisamente aquella modernidad desde la que hablaba Loos la que terminó con ellos. Los estilos cambian como las modas, siendo difícil saber si algo, más allá del gusto, valida a uno sobre otro. Definir lo contemporáneo resulta, entonces, sumamente difícil y, sobre todo, arriesgado. ¿Contemporáneo en relación con qué tiempo? Muchas novelas recientes son menos contemporáneas que la obra de Proust o de Kafka, o lo son más, precisamente al ser menos modernas; igual con la pintura o, peor, con la música, absorbida totalmente por el mercado. Basta revisar los álbumes que conviven en la mesa de novedades de una...

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