ARQUITEXTOS / 150 años del Ensanche

AutorMiquel Adrià

El Ensanche de Barcelona cumplió sus primeros 150 años. Para celebrarlo se lleva a cabo una exhaustiva exposición, hasta el 28 de febrero, en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, que recoge desde los primeros croquis de su autor -el ingeniero Ildefonso Cerdá- y los planes urbanos de otras ciudades, hasta un sin fin de posibilidades tipológicas que la cuadrícula propuesta llegó a permitir. La abrumadora cantidad de información se contrapesa con aportaciones artísticas como las fotografías en gran formato del subsuelo barcelonés de Joan Fontcuberta, descubriendo el mundo de las cloacas y los túneles del Metro en clave onírica.

Contemporáneo al trazado parisino de Haussmann, pero con objetivos distintos, el proyecto de Cerdá no propugnaba una nueva fachada de la ciudad, sino un nuevo damero, una retícula plana que preveía la totalidad territorial más allá de los límites municipales de Barcelona, que incluía los pueblos aledaños. Cerdá formalizó una teoría de la urbanización, desde una perspectiva higienista como reacción a las precarias y hacinadas condiciones en que vivía la población de Barcelona encerrada dentro de las murallas medievales. La capital catalana fue por mucho tiempo una ciudad ocupada por las tropas borbónicas y, en consecuencia, se había contenido la expansión urbana más allá de su cerco histórico, fácilmente bombardeable desde la Ciudadela y Montjuic.

Así, el Ensanche llenó un vacío entre la ciudad y los pueblos circundantes que se convirtieron en barrios (Grácia, Sants, Sarriá, etc), y trazó oportunamente el tablero para la construcción de una urbe enciclopedista y abstracta desde la visión metropolitana que ordena todo el conjunto.

Lo interesante del Eixample (Ensanche, en catalán) es que haya sido lo suficientemente abierto y complejo como para poder haberse realizado a lo largo de ciento cincuenta años, en una mezcla de orden isomorfo y trazos metropolitanos, homogeneidad y variantes sutiles. Son 820 Ha estructuradas a partir de un trazado de calles de 20 metros de ancho, sobre ejes cada 113 metros, siguiendo la topografía y las directrices dominantes procedentes del trazado romano. Veintitrés calles paralelas al mar y cincuenta de mar a montaña, que se interrumpen para dar espacio a...

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