La arquitectura de las emociones

AutorLourdes Zambrano

A juzgar por los proyectos que tiene alrededor del mundo y los galardones que ha cosechado, la de Tadao Ando (Osaka, 1941) es una arquitectura ejemplar.

En sus proyectos, Ando busca una comunicación con el paisaje natural, con el contexto, un sello que lo ha colocado entre los más importantes arquitectos del mundo, a pesar de ser autodidacta; además, ha obtenido los más destacados premios internacionales, como el Pritzker (1995), el Praemium Imperiale (1996), el de Kioto (2002), la Medalla de Oro del Royal Institute of British Arquitects (1997) y la de la Unión Internacional de Arquitectos de París (2005), entre otros.

La simpleza de las formas, el uso de un concreto aterciopelado, el manejo de la luz o la serenidad a la que invitan los espacios que diseña caracterizan su obra.

No en balde dos de sus creaciones más famosas son el Templo del Agua y la Iglesia de la Luz, ambas en Japón.

Y, pese a la distancia, Ando conoce bien la arquitectura mexicana desde hace décadas, gracias a los diseños de Luis Barragán.

"Primero conocí las obras de Luis Barragán en un libro y luego tuve la oportunidad de conocerlas en persona, aquí en México, y sí hay influencia de Barragán en mi trabajo", expresa en entrevista durante su más reciente visita a la Ciudad.

"Es un arquitecto representativo que pudo combinar correctamente las características mexicanas, locales, y las características de la arquitectura contemporánea, y yo pienso que la arquitectura tiene que mantener su identidad local".

Un detalle sobresaliente en el trabajo de Ando es la forma en que utiliza el concreto. Algunos catedráticos incluso consideran que tiene un sello propio, pero él se siente abrumado por esa afirmación.

"No es tanto así como un sello", dice, "simplemente prefiero que se haga el colado del concreto de una sola vez para que quede con una apariencia sencilla, pero sumamente estética, por eso me gusta utilizar este concreto para mi arquitectura".

Y, bajo este esquema, Ando construye actualmente en Nuevo León el Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Monterrey, llamado así en honor al empresario regiomontano, padre de la benefactora del proyecto, doña Márgara Garza Sada de Fernández.

Uno de los mayores retos de Tadao Ando Architect & Associates para este proyecto, bautizado también como "Puerta de la creación", fue lograr la fachada, una puerta en forma de abanico de casi 100 metros de ancho.

En su primera visita para supervisar la obra, en...

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