Arquitectura de un sueño

AutorXavier Guzmán Urbiola

Contar con una ciudad que albergara las diferentes escuelas y facultades de la Universidad Nacional, una ciudad dedicada al estudio y la investigación, fue por años un deseo que México, hacia fines de los años 40, no había podido realizar. En los 30, el arquitecto Mauricio Campos proyectó una propuesta pionera. El arquitecto Alfonso Pallares hizo lo propio una década después. Era un tema que a todos interesaba.

Sin embargo, durante los primeros años de la cuarta década, el mundo se hallaba en guerra. México se encontraba un tanto liberado de las dificultades que ello acarreaba y, por tanto, supo aprovechar la situación. En mayo de 1942, nuestro País declaró la guerra a las potencias del Eje, pero por decisión de nuestros vecinos y aliados, de inmediato se transformó (más allá de la participación simbólica del Escuadrón 201 en el conflicto) en coadyuvante de la vigilancia de las costas americanas del Pacífico, así como en abastecedor de petróleo para el suministro de gasolina, en exportador de cobre y de algunos otros artículos como botas para los soldados y hule para las llantas.

Ahora bien, aunque cobraba por dichos bienes y servicios, México no tenía en qué gastar, ya que el mundo entero se hallaba involucrado en la conflagración. Había que ahorrar. En esta situación llegó el año de 1945 y con él terminó la guerra.

En 1946, el primer Presidente civil y universitario, Miguel Alemán Valdés, el "Cachorro de la Revolución", tomó las riendas del País con halagadoras promesas bastante plausibles. Eramos ricos. Aquella fue una época efervescente. Todo cambió y se modernizó de acuerdo con un plan. Las importaciones invadieron el país. Alemán, Mr. Amigo, hablaba inglés. Fue la era de los detergentes y los electrodomésticos, de los supermercados y la televisión. El Plan Marshall había arrancado y primero Harry Truman y luego Eisenhower visitaron sus zonas de influencia. Ni los niños quedaron fuera de esta ola de cambios. Se nos reconoció como amistosos vecinos.

En México, entonces se hicieron las primeras grandes obras después de muchos años. Se construyeron presas; con el ya creado Programa Nacional de Hospitales se continuó formando una red y, con la vivienda, arrancó lo que ni los arquitectos más vanguardistas habían logrado: la construcción de multifamiliares. Se impulsaron las carreteras de carga y turismo. Algo similar sucedió con los edificios para la educación. Habiéndose creado poco antes el Comité Administrador del Programa Federal de Construcciones Escolares, fue entonces que siguieron cubriendo la República. Ya se había construido la Escuela Normal de Maestros. Debía rematarse ahora con la anhelada Ciudad Universitaria.

Los pasos previos legales, el proyecto y el financiamiento dieron inicio a mediados de los años 40. En 1943, el rector Rodolfo Brito Foucher adquirió parte de los...

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