De armas tomar

AutorLaura Ruiz

TEXTO Y FOTOS · LAURA RUIZ

CHINANTLA.- EL PADRE Jesús de Chinantla resultó ser un santo de armas tomar.

Los fieles cuentan que su patrono decidió quedarse en esa población de la mixteca poblana hace poco más de 100 años, cuando estaba de paso en en el pueblo durante una peregrinación.

La gente explica que de un momento a otro quienes cargaban al Padre Jesús no pudieron moverlo, pues lo sentían extremadamente pesado, por lo que los católicos entendieron que el santo decidió quedarse para siempre con ellos y ahora lo celebran cada 25 de enero.

En la fiesta centenaria todo tiene el nombre de quien lo regala y como ejemplo están las 400 playeras del Central Park Chinantleco que alguna vez regaló Evelia Hernández, obrera de fábrica que venció al cáncer y así agradeció a su patrono.

Como la vez en que decidió quedarse en Chinantla, el Padre Jesús aprueba quién hace qué y cómo para festejarlo.

Un día no se dejó vestir por pleitos entre padrinos de ropa y en otro año se enojó tanto que dejó caer un diluvio que agüitó la fiesta.

A Cosme Bermejo, quien tiene 35 años en Nueva York y preside el Comité Solidaridad para proyectos de inversión migrante en el pueblo, le hizo ver que tenía que regresar año con año para organizar una carrera con antorcha.

Cansado de pedir cooperaciones, el dueño de un negocio de serigrafía en Brooklyn anunció un enero que ese era su última vez al frente de la carrera, pero ya en Chinantla perdió por accidente una maleta en la que cargaba más 10 mil dólares en efectivo.

-¿Qué, no quieres que renuncie yo o qué?-, preguntó don Cosme al Padre Jesús encerrado en un cuarto y con la desesperación de no querer defraudar a nadie.

Poco después la maleta apareció en una papelería del pueblo, él se mantuvo en su puesto y ahora cumple cada año con su trabajo para agradecer al santo patrono.

Don Cosme también ignora los comentarios de sus vecinos latinos en Nueva York, quienes asustados por las noticias le han advertido que no viaje a su pueblo pues existe violencia en el camino.

-¿Qué van a ir a hacer a México ustedes? ¿Qué no ven las noticias cómo están?-, relató Bermejo sobre las advertencias de sus amigos migrantes en el otro lado de la frontera.

Pero a él y a migrantes de su edad no les preocupan los decapitados, las balaceras o los incendios que son destacados en las noticias, sino la posibilidad de regresar a Chinantla y quedarse en la tierra que aman...

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