Arman polémica sus propiedades

Los bienes de los candidatos punteros a la Alcaldía de Monterrey, el priista Felipe Enríquez y la panista Margarita Arellanes, han sido materia de controversia a partir de que prometieron hacer públicos sus bienes durante el debate del martes organizado por EL NORTE, donde se cuestionaron mutuamente por su prosperidad inmobiliaria.

Levanta controversia la bonanza de Felipe

Daniel Reyes y Mirna Ramos

Aunque públicamente asegura que la edificación de su patrimonio está clara, por haberla forjado durante 27 años de actividad pública y privada, en realidad los movimientos inmobiliarios de Felipe Enríquez han dejado dudas a lo largo de su carrera.

Desde sus inicios como servidor público, cuando compraba terrenos de Fomerrey, hasta su reciente participación en un millonario proyecto turístico en Isla Mujeres, el priista ha sido cuestionado por la forma de hacerse de bienes inmobiliarios.

En 1994, en los inicios de su carrera política, el ahora candidato utilizó un prestanombres para comprar a Fomerrey un terreno en 26 mil pesos, que vendió 10 días después a una cadena comercial en 500 mil.

Luego de que EL NORTE documentó y evidenció la operación, el político argumentó que aunque el movimiento se registró en Fomerrey, en realidad compró el inmueble en 430 mil pesos a una asociación de taxistas de la CROC, que presuntamente lo había adquirido a su vez al organismo de vivienda.

Para 1997, luego de cinco años en el servicio público, Enríquez había pasado de ser un funcionario que llegaba a su trabajo en transporte público, a uno con activos por casi 2.8 millones de pesos en propiedades, autos, cuentas bancarias y negocios, según su declaración patrimonial de aquel año.

Como candidato del PRI y el Partido Verde a la Alcaldía regia para las elecciones del próximo 1 de julio, Enríquez ofreció al menos en dos ocasiones transparentar su patrimonio actual para demostrar que no oculta ninguna operación irregular, pero hasta ahora no ha cumplido su promesa.

La primera vez que ofreció abrir sus bienes fue el 9 de mayo durante una videocharla con lectores de elnorte.com, cuando le cuestionaron cómo adquirió su residencia en el exclusivo fraccionamiento Renacimiento, en la Sierra Madre, en Monterrey.

Según documentación en poder de EL NORTE, el terreno de 2 mil 036 metros cuadrados sobre el que construyó su residencia le fue donado en octubre del 2008 por sus padres, Felipe Enríquez Ramírez y María Elena Hernández.

Un año antes, los padres de Enríquez habían...

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