Arman feria virtual

AutorErika P. Bucio

Un nuevo mercado de arte estaba en gestación cuando irrumpió en México el brote de coronavirus.

Era ingenuo proseguir con la idea de lanzar una feria presencial durante el confinamiento, pero de pronto la crisis sanitaria se tornó en una oportunidad.

"Antes de la crisis del Covid-19, el 80 por ciento de los artistas y trabajadores culturales en America Latina no tenía acceso a seguridad social y a un trabajo permanente, y tan sólo menos del 5 por ciento podía vivir enteramente de la venta de su producción artística. Este panorama probablemente sea más grave", expone la consultoría cultural AURA en los motivos para acelerar el lanzamiento de la plataforma USO.mx, que persigue mejorar las condiciones laborales y económicas del sector.

Se trata de un nuevo canal virtual en el que participan museos, galerías, tiendas, artistas, editoriales y proyectos independientes.

Una nueva apuesta por llevar el mundo del arte y la cultura a "un mercado más amplio y menos voraz".

El esquema que propone USO para los creadores participantes es que un 70 por ciento de la venta va directa para los artistas y el 30 por ciento restante para la plataforma, al tiempo que ofrece esquemas de intermediación con galerías, tiendas de museos y proyectos colectivos e independientes.

Los precios de venta de las piezas no superan los 3 mil dólares (poco más de 68 mil pesos al cambio de ayer), esto en aras de favorecer un "coleccionismo asequible" y dar mayor seguridad a las operaciones comerciales.

Además, la cifra es un tope para evitar competir directamente con el mercado galerístico, donde se pueden ofertar piezas más costosas.

Pero lo anterior no quiere decir que las galerías sean ajenas a USO. Por el contrario: algunas de ellas se han sumado ya con diversas propuestas acordes a los precios de venta de la plataforma, como las capitalinas Patricia Conde, Arróniz Arte Contemporáneo, Le Laboratoire,

Proyecto Paralelo, Archivo colectivo y Karen Huber, así como la jalisciense Curro, con sede en Guadalajara.

Del mismo modo, se han adherido tiendas, como las de los museos Tamayo, de la Ciudad de México, y Marco, de Monterrey, uno público y otro privado, y su presencia radica en que también se ofertan objetos de diseño y libros de artista.

"Entendemos las necesidades de los museos y sus limitaciones. Una de las necesidades más urgentes que tienen ahorita es cómo pueden seguir generando algún tipo de ingresos a pesar de que probablemente van a ser los últimos en reabrir sus...

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