Arlene B. Tickner / La relación con Colombia en la era Obama

AutorArlene B. Tickner

Cuando nació el Plan Colombia en 2000 la ventaja estratégica adquirida por las FARC, la intensificación del conflicto armado y la expansión de los cultivos de coca sugerían que el país estaba al borde del colapso. Diez años después, dicha política ha generado ganancias importantes en términos del fortalecimiento de la fuerza pública, la lucha contrainsurgente, la reducción de la violencia y la consolidación de la presencia del Estado en el territorio nacional.

En el plano internacional, el Gobierno de Álvaro Uribe ha sido un aliado incondicional de Washington. Fue de los únicos latinoamericanos que respaldó la guerra en Iraq y ha facilitado la presencia de Estados Unidos en Sudamérica, lo cual ha permitido contrarrestar la influencia regional de Hugo Chávez.

Podría pensarse, a raíz de lo anterior, que "más de lo mismo" sería la mejor recomendación para el Gobierno entrante de Barack Obama. Sin embargo, la política estadounidense tiene vacíos que deben corregirse.

El primero y más obvio está relacionado con la "guerra contra las drogas", que ha sido un fracaso. Ocho años de fumigaciones aéreas -equivalentes a 987 mil hectáreas- han tenido un efecto nulo sobre los cultivos de coca, han generado su esparcimiento por toda Colombia y han ocasionado daños incalculables al patrimonio ecológico nacional y a la salud de los habitantes de las zonas fumigadas.

A pesar de las miles de toneladas de cocaína confiscadas, su producción también se ha mantenido estable. Y las centenas de colombianos extraditados no han debilitado las organizaciones narcotraficantes que operan en el país.

La obsesión del Gobierno Bush con el narcotráfico y la insurgencia-terrorismo lo cegaron ante otros problemas igualmente apremiantes. Aunque los homicidios y el secuestro han bajado en Colombia, otros indicadores de violencia, tales como el desplazamiento, los asesinatos de sindicalistas y la impunidad se han mantenido.

La institucionalidad democrática no sólo no...

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