ARGONÁUTICA / La cerveza de Obama

AutorJordi Soler

Samuel Beckett era un niño enfermizo e hipocondriaco. Su compleja condición le permitía tener una enfermedad y, simultáneamente, imaginar que tenía otra distinta. Uno de los remedios que le daba su madre, para paliar sus enfermedades reales e imaginarias, era un vaso de cerveza Guinness. Esa bebida oscura y sublime que, junto con Samuel Beckett, es uno de los fundamentos de Irlanda, se desdoblaba, a principios del siglo pasado, en poderosa medicina. Todavía hoy, en algunos pubs en Dublín, o en anuncios de lámina que han conseguido quedarse en pueblacos irlandeses, puede leerse el viejo, y clásico, eslogan de esta cerveza: Guinness is good for you (Guiness es buena para tí) o Guiness for strenght (Guinness te da fuerza). En esta época mojigata, santurrona y ridícula en la que nos ha tocado vivir, el viejo eslogan de la Guinness sería motivo de escándalo, inmediatamente saldrían los defensores de la salud y la pureza corporal, a protestar contra esa incitación a la bebida y, unas pintas más allá, a la perdición. Un siglo después el planteamiento ha cambiado radicalmente, hemos pasado de que las madres irlandesas administraran tragos de cerveza a sus hijos, a tenernos que cuidar de lo que decimos sobre las bebidas alcohólicas. Por esto me parece muy valioso que el presidente Obama se deje fotografiar, con cierta...

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