Argonáutica / La bella durmiente

AutorJordi Soler

Hace muchos años la reina de un lejano reino tropical, lleno de micos, alimañas y vida en general exótica y exacerbada, se enteró de que tendría una niña porque se lo dijo un sapo, un sapo verde y gordo que saltó de la bañera en la que su majestad se refrescaba y pensaba que llevaba años deseando dar a luz una niña. Y la cosa fue como el sapo la predijo, nació la niña y los reyes organizaron una gran fiesta a la que asistieron todas las personas del reino más las hadas que ahí vivían y que, como corresponde a las criaturas de su especie, fueron regalándole a la niña dones maravillosos como la virtud, la belleza, la riqueza, y así fueron pasando hasta que una de las hadas, molesta por ser la única que no había sido formalmente invitada, dijo frente a sus majestades y al pie de la cuna de la princesa recién nacida: "La hija del rey se pinchará a los quince años con un huso y morirá". El hada que venía detrás, con el ánimo de atenuar el maleficio, se precipitó frente a la niña y dijo: "No morirá, pero caerá en un profundo sueño que le durará cien años".

Una vez terminada la ceremonia el rey, queriendo anular por la fuerza aquello que era una sutileza del más allá, ordenó que se quemaran todos los husos del reino y entonces, durante los siguientes quince años, que era el tiempo que faltaba para que la princesa cayera irremediablemente dormida, la gente fue quedándose sin botones y con la ropa sin remendar, pues no había husos para arreglar nada, ni el agujero de un calcetín, ni manera de pespuntear una solapa, y como aquel era un reino tropical, con...

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