Argonáutica / Los ácaros

AutorJordi Soler

Ahora resulta que mi almohada está llena de Asperguillus fumigatus, un hongo que se cría solo, a la buena de Dios, en los ácaros del polvo.

Qué nombre tan misterioso ése de los ácaros del polvo, podría ser el de una banda musical, o el de una subdivisión de los Dorados de Villa, pero por desgracia no es ni lo uno ni lo otro, es ni más ni menos que el polvillo que se va juntando en mi almohada, y me temo que en la de ustedes también, y que va sirviendo de caldo de cultivo para el horrible Asperguillus, y para una eventual Aspergilosis del carajo, que nos produzca, por el sólo hecho de dormir y soltar polvillos en nuestra propia almohada, ataques de asma, sinusitis y algunas otras complicaciones respiratorias.

Esto es una cosa seria que ha descubierto un equipo de investigadores de la Universidad de Manchester, financiado por el también muy serio Fungal Research Trust.

Pero volviendo a lo del polvillo, no sobra aclarar, para que esto de los ácaros y del Asperguillus se ponga verdaderamente horrible, que se trata de un material compuesto en parte de mis desechos, y me temo que también de los de ustedes, que se van soltando mientras uno duerme: células muertas, piel difunta, pellejos resecos e inservibles; de todo esto va formándose el dichoso polvillo que sirve de alimento a los ácaros, esos bichos que viven en el interior de nuestras almohadas y cuyas heces o cacas sirven de abono y alimento a los hongos Aspergillus fumigatus, y a otros con los que también dormimos, y que son los mismos que producen el moho del pan, y los que estelarizan las humedades de los baños.

De manera que, lo que han venido a decirnos estos investigadores imprudentes de la Universidad de Manchester, es que dentro de nuestras almohadas, sean sintéticas o de plumas, hay un ecosistema de criaturas que crecen, defecan y se multiplican. Luego por eso se levanta uno oliendo a moho, o luciendo unas inconvenientes humedades, ignorando que el epicentro de estos males está debajo de nuestra cabeza.

No es mi intención amargarles el sueño, pero estos infelices de Manchester aseguran que en almohadas que se han usado en...

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