ARGONÁUTICA / El Nene

AutorJordi Soler

Ha caído el Nene. Amparado detrás de este apodo asimétrico, operaba Mohamed Taieb Ahmed, uno de los más sólidos traficantes de hachís del Mediterráneo, y desde luego el más ostentoso y lenguaraz, tanto que la prensa española lo ha identificado, a fuerza de titulares, como "el narco más exhibicionista". Ya el puro titular anunciaba problemas para el Nene; bastaba verlo u oírlo para sentirse invitado a pronunciar aquella sonora frase de Lina Ron, esa mujer ultrachavista de la Unidad Popular Venezolana: "aquí está a punto de prenderse un parampampán". El "narco más exhibicionista", por definición, tiende a caer en brazos de la ley, como efectivamente acaba de pasarle al Nene por segunda vez, porque ya antes había estado en prisión, en Marruecos, en un plan que recuerda al de algunos presos pesados mexicanos, porque el Nene vivía en tres celdas que él mandó reformar y acondicionar con toda clase de divertimentos electrónicos y, por las noches, cuando ya le dolían los ojos de tanto jugar a la Play Station, salía de juerga con sus carceleros a beberse algo y a retozar con una tropa de chicas de alquiler. El Nene puede darse estos lujos, pues según sus declaraciones lenguaraces, tiene más millones de euros que años de vida, y sus primaveras suman 32, es decir, que de Nene, nada. El titular del "narco más exhibicionista" puede corroborarse en internet, donde hay colgados algunos videos suyos que lo han inmortalizado en plena faena, con las manos puestas en su opinable quehacer; en el más vistoso sale el Nene en la popa de una lancha con motor fuera de borda, transportando varios kilos de paquetes de hachís hacia la costa española, con una sonrisa cargada de orgullo, y también de cierta...

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