ARGONÁUTICA / La fortaleza

AutorJordi Soler

Europa se parece cada vez menos a si misma. En este territorio donde hasta hace muy poco se cultivaban y protegían los derechos fundamentales del hombre, se han ido adoptando, gradualmente, medidas propias de un Estado policial. Esa misma paranoia que, en el tema de la seguridad nacional e individual, fomentaba el gobierno de George W. Bush en los ciudadanos, se ha instalado últimamente, con sus matices, en Europa; en lugar de buscar, para ciertos fenómenos puntuales, alternativas a la europea, más acordes con los valores humanitarios del continente, se ha optado por imitar de manera simplona y burda los métodos del imperio, que promueven la sumisión del ciudadano obediente que no fuma porque el Estado se lo prohíbe, no conduce después de beber vino porque la policía lo castiga, se somete a controles humillantes en los aeropuertos porque el Estado así lo dice, ¿y cuál es el mérito de lograr, por la vía del castigo y la coerción, una población civilizada? Stefan Sweig, en su hermoso libro de memorias "El mundo de ayer", escribe: "La tempestad de orgullo y de confianza que rugía sobre Europa arrastraba también densos nubarrones. Quizás el progreso había llegado demasiado de prisa, quizá los Estados y las ciudades se habían hecho fuertes con demasiada rapidez; y la sensación de poder siempre induce a hombres y a Estados a hacer uso o abuso de él". El contexto de las líneas de Sweig son los albores de la Primera Guerra, un contexto lejano en el tiempo y, sin embargo, esa "sensación de poder" que apunta puede percibirse en esta Europa de hoy que también ha importado de Estados Unidos la obsesión de vigilar y fortalecer sus fronteras, con sus paranoias y sus histerias consecuentes. No está de más recordar las saludables carcajadas que producían en Europa, hasta hace muy poco tiempo, los personajes de los documentales de Michael Moore (Bowling for Columbine y Fahrenheit 9/11); lo excéntricos, y lejanos, que parecían esos habitantes de Estados Unidos preocupados permanentemente porque no se les meta el enemigo ni en su país ni en su casa, gente en pánico perpetuo que compra armas para...

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