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Tienen argentinos poco que celebrar

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Vincent
AutorAlejandro Pairone

MURAL / Especial

BUENOS AIRES.- La sociedad argentina recordará a los festejos navideños de 2001 como uno de las más tristes y apesadumbrados de su historia, precedidos por un sangriento estallido social, un inesperado cambio de Presidente y Gobierno, y con un futuro inmediato impredecible.

En los dos días previos a la Nochebuena, en esta ciudad fue evidente la ausencia de encuentros y despedidas que habitualmente realizan grupos de compañeros de trabajo en los bares y restaurantes céntricos. Un recorrido por algunos barrios porteños en la primeras horas de ayer permitió observar que los tradicionales bailes callejeros contaban con una participación menguada, cuando no eran inexistentes.

"¿Qué querés que festejemos si nos dejaron sin plata, nos molieron a palos y encima no sabemos qué va a pasar la semana que viene?, se lamentó Julia, quien con su hijo de unos cinco años integraba un lote de cuatro parejas que se esforzaban por simular un baile en el barrio porteño de Almagro.

A la sensación de pesadumbre colaboró la televisión, que en programas de noticias o de interés general puso en pantalla las desventuras y lamentos de pequeños comerciantes saqueados, o las historias de personas que se aprestaban a pasar la navidad con apenas unos mendrugos. Los conductores de las principales cadenas radiales se empeñaban el lunes en transmitir optimismo y esperanza, frente a los mensajes grabados de oyentes, que en su mayoría disparaban críticas y reclamos a los Gobiernos saliente y entrante.

Los festejos cristianos se vieron ensombrecidos además por la profunda crisis económica, una de cuyas derivaciones fue la merma del 50 por ciento en las ventas de comercios y supermercados, según datos de la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias.

La situación podría continuar para la celebración del año nuevo debido a que las nuevas autoridades minimizaron la posibilidad de eliminar las restricciones...

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