Carlos Aranda Márquez / Emancipación cultural

AutorCarlos Aranda Márquez

A Bolívar Echeverría, In memoriam

¿Qué debemos celebrar en 2010? La pregunta no es retórica. Cualquier mañana no escuchamos las noticias ni leemos los resultados de los deportes. Somos mudos testigos, próximas víctimas aterradas de los constantes partes de guerra.

A mitad de camino entre una celebración hipócrita y exhibicionista del Bicentenario de la Independencia de este País y la probable escuálida celebración del Centenario de la Revolución, todos hemos recibido nuestras banderitas, el himno y una esbelta Historia de México, pero no podemos discutir el tácito golpe de estado con las declaraciones del Ejército Mexicano de que si la sociedad civil no quiere entrarle a la guerra contra el narco, ellos pueden solos.

Treinta mil muertos no son una estadística fácil de ignorar y si antes esgrimíamos el argumento de que mientras el combate contra las drogas tuviera solamente bajas de guerra, no habría problemas. Hoy las mujeres y los hombres entre 18 y 30 años de edad son enemigos del Estado. Entonces, ¿qué celebramos?

La Universidad Nacional Autónoma de México escogió un camino mucho más difícil para celebrar los primeros 100 años de su refundación, emprender un Simposio Internacional de Estética y Emancipación: Fantasma, Fetiche y Fantasmagoría en el Museo Universitario Arte Contemporáneo, apoyados por el University of California Humanities Research Institute y el Museu d'Art Contemporani de Barcelona, del 28 al 30 de octubre pasado. La organización recayó en cuatro doctores: Mariana Botey, David Theo Goldberg, José Luis Barrios y Cuauhtémoc Medina.

En sus palabras: "Nuestro objetivo es provocar un cuestionamiento en torno al problema de la emancipación, principalmente, desde las dinámicas poscoloniales del Hemisferio Sur, trascendiendo el tono celebratorio, acrítico y nacionalista de las efemérides independentistas".

Aquí estamos muy lejos de las confusiones sistémicas de cualquier simposio de teoría de arte contemporáneo recientes porque las ponencias se centraron sobre tres ejes temáticos; el primero: "Contracultura y las revueltas del deseo: posiciones, desplazamientos y flujos de coincidencia entre estética y emancipación"; el segundo: "El espectro de la violencia emancipatoria" y, por último, "Fantasmagorías de la Modernidad: 200 años de Independencia y los límites del discurso".

El Teatro Juan Ruiz de Alarcón estuvo lleno a reventar los tres días, lo cual nos arroja un dato cardinal: el hambre que se tiene en la población...

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