'Aquí está mi pasado'

AutorYanireth Israde

La artesana nahua Teresa Lino Bello, originaria de Hueyapan, Puebla, teje textiles e hilvana perseverancia, hebra esencial en su trayectoria.

Junto con su hermana, la fallecida Manuela Cecilia, Premio Nacional de Artes 2016 en el campo de las Tradiciones Populares, fundó hace 42 años Tamachij Chihuatl, una organización que, además de tejer prendas de lana, rescata la iconografía, las técnicas de teñido y los tintes ancestrales, provenientes de la cochinilla y de plantas como la manzanilla, el muicle, la dalia, la mora o la flor de bugambilia, a la vez que ofrece a las mujeres un trabajo y un sustento no siempre aceptado por los varones u otros miembros de la comunidad, según cuenta en entrevista.

"Porque si los esposos daban permiso (de trabajar), la suegra o los hermanos decían que la mujer indígena debía estar en su casa y no andar reuniéndose muchas horas con otras mujeres.

"Llegamos hasta la situación", relata, "de que nosotras, como mujeres, no podíamos tomar las decisiones; siempre debíamos consultar con los esposos o con los papás".

Hubo divorcios, separaciones, incluso difuntos, dice al recapitular las dificultades que muchas afrontaron.

Ahora, Tamachij Chihuatl (que significa 'hecho a mano' en náhuatl) suma más de 200 miembros.

"Teñir con tintes naturales para nosotros es un ritual, porque reúne a la familia o a varias compañeras", comparte la artesana, nacida en 1960.

Y no se trata de una labor que deba tomarse a la ligera: "De acuerdo con lo que nos enseñaron nuestros antepasados, la mujer que va a teñir debe estar tranquila, no enojada, ni temerosa, para que el tinte no se corte".

Alguna vez, confiesa Lino Bello, le ha pasado, y sí: Se corta el tinte.

"Eso sucede cuando tienes mucha prisa y no tienes la paciencia de poder llevarlo al ritmo que quiere el tinte", advierte la artesana.

Es un proceso lento que reclama pausas, porque un día lo destinan a la recolección de plantas para sacar el color, otro lo dedican a preparar los hilos y uno más para teñir. Y apresurarse no ayuda.

Lino Bello, quien ahora se dispone aprender el manejo de aplicaciones como WhatsApp y redes sociales en favor de su oficio y su colectivo, concluyó la Secundaria a los 40 años, y a los 48 se certificó como Promotora Comunitaria Rural; un año después adquirió la certificación como Consultora General.

Actualmente es miembro del Consejo Asesor de Original, proyecto de la Secretaría de...

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