Aprueban derribar casona protegida

AutorGabriela Villegas

Una casona de grandes ventanales y norestenses muros de sillar, considerada patrimonio histórico por el INAH, se está volviendo polvo para que su terreno se convierta en estacionamiento.

El edificio del siglo 19 se ubica Allende 451, Ote., entre Emilio Carranza y Escobedo, en el Centro de Monterrey.

La demolición fue solicitada por la empresa Auto Estacionamiento Práctico, S.A. y aprobada por Elsa Rodríguez, delegada del Centro INAH-Nuevo León.

En un oficio al que tuvo acceso EL NORTE, la funcionaria autorizó la demolición del inmueble y lo notifica a Luis Horacio Bortoni Vázquez, Secretario de Desarrollo Urbano del Municipio de Monterrey.

"Informo a usted que el inmueble que presenta forma parte de los Edificios protegidos por este instituto y cuenta con elementos arquitectónicos importantes a conservar", escribió Rodríguez.

"Nuestra opinión técnica es porque se encuentra su estructura en mal estado, los daños que presenta en sus muros y cubiertas por derrumbes que ha sufrido en el largo periodo de abandono, que siga los lineamientos de Protección Civil en cuestión de la demolición y la construcción de la obra nueva a futuro y deberá de integrarse al contexto".

Ésta sería la tercer casona de valor histórico demolida en la gestión de Rodríguez.

En agosto del 2015, se publicó que el INAH autorizó la demolición de dos casas, en Padre Mier y Morelos, dentro de la zona protegida del Barrio Antiguo, para la construcción de un mercado gourmet.

HABLA DEL PASADO

Entre un estacionamiento, bodegas y oficinas, la casona de la Calle Allende destacaba por su peculiar arquitectura que remite al Monterrey de antaño.

Aunque la delegada comenta en el oficio que existía daño y deterioro, el cuidado y preservación de la casona, que data de 1885, fue calificado de "bueno" en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles.

También el Catálogo de Inmuebles con Valor Artístico del INBA, realizado en 2004, califica de "buena" la conservación de los muros y fachada.

Este documento marca que el edificio es del siglo 20, sin embargo, Selene Velázquez, arquitecta y restauradora de la empresa Restáurika, explica que el interior o partida arquitectónica es del siglo 19, por lo que el INAH sí puede intervenir en la conservación del edificio.

"Muchas instancias como el INAH, cuando ven una casa que parece del siglo 20, creen que es de ese siglo y no intervienen porque sólo ven la fachada, cuando la partida arquitectónica es fundamental para la conservación"...

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