Se aprende a dirigir viendo, dice Zayas

AutorErika P. Bucio

Guarda un pincel que le regaló Diego Rivera cuando tenía 16 años: "Algún día te va a servir para dirigir", le auguró el pintor. Armando Zayas (México, 1930) lleva 62 años en el podio.

Con José Pablo Moncayo y Carlos Blas Galindo aprendió armonía, composición y dirección.

Militó en las Juventudes Comunistas y trabó contacto con escritores, actores, bailarines, pintores y músicos. Él pertenecía a la célula del director Silvestre Revueltas.

El descubrimiento de los compositores de vanguardia, como Stockhausen, Schönberg y Berg, a través de Rodolfo Halffter, produjo un fuerte choque en el joven Zayas, imbuido entonces en el nacionalismo.

"Fui dejando de componer, me parecía que era imitación de los maestros vanguardistas y me dediqué a la dirección de orquesta", cuenta en su casa, en Magdalena Contreras.

Aprendió a dirigir viendo. En aquella época, recuerda, la carrera de dirección de orquesta no existía ni en la Escuela Nacional de Música ni en el Conservatorio Nacional.

"No hay forma mejor de aprender dirección de orquesta que estando en ensayos con los grandes maestros".

Durante las décadas de los 50 y 60 asistió a los ensayos de Herbert von Karajan con la Filarmónica de Berlín, de Sergio Celibidache en México y en Europa y de Leonard Bernstein con la Filarmónica de Nueva York.

Un camino difícil en la época de la "dictadura" de Carlos Chávez. Había que contar con su beneplácito.

En 1959, lo llamó Luis Herrera de la Fuente para ser su asistente en la Orquesta Sinfónica Nacional, lo que selló su destino.

Con Eduardo Mata compartió la dirección artística de la orquesta universitaria, a invitación del...

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