Aporta conocimiento sobre sacrificios humanos en Tenochtitlan

MÉXICO, D.F., enero 11 (EL UNIVERSAL).- Alan Barrera Huerta, arqueólogo del INAH dijo que de acuerdo a los análisis de isotopía de estroncio, practicados a restos óseos asociados a ofrendas consagratorias de las etapas IV y VII del Templo Mayor, se determinó que no todos los individuos inmolados eran cautivos de guerra, como lo indican fuentes históricas, sino que vivieron al menos seis años en la Cuenca de México.

Barrera Huerta indicó que mediante la investigación denominada “Isotopía de estroncio” aplicado a material óseo humano localizado en ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan, se encontró además que los seis individuos estudiados eran originarios de los territorios hoy ocupados por Tula, Hidalgo; los Altos de Chiapas; los Valles Centrales de Oaxaca, la península de Yucatán y la zona norte del centro del país.

El arqueólogo tomó muestras tanto de hueso como de esmalte dental de seis individuos (cuatro de la etapa constructiva IV b; uno de la IV a y uno de la etapa VII), que vivieron entre 1469 y 1521, durante los reinados de Motecuhzoma Ilhuicamina, Axayácatl y Moctecuhzoma Xocoyotzin.

Los estudios realizados en el Laboratorio de Geoquímica Isotópica de la UNAM incluyeron fragmentos del único individuo de la Ofrenda 111, cráneos efigie y máscaras de cráneo. En todos los casos se tomaron muestras de la base de los cráneos y se utilizaron molares sanos de cada uno de ellos.

Algunos de los restos humanos hallados en las ofrendas consagratorias de las etapas constructivas IV a (1440 – 1469 d.C.); IV b (1469 – 1481 d.C.) y VII (1502-1520 d.C.) del Huey Teocalli fueron sometidos al análisis “Isotopía…” que identifica el lugar de procedencia de personas migrantes, a través de la huella que deja en el tejido óseo la concentración de minerales propios de su lugar de origen, entre los que se encuentra el estroncio.

El experto agregó que la composición mineralógica de los suelos pasa a los organismos vivos a través de la cadena alimenticia y es asimilada por las estructuras óseas, lo que da indicios de posibles regiones de origen. A esto se le conoce como firma isotópica.

Señaló que eligió en su mayoría ofrendas de la etapa IV porque ya se habían identificado materiales de diferentes procedencias y el estudio buscaba confirmar si los individuos eran foráneos, además de que dichos depósitos son de los más completos y heterogéneos de las...

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