Se apoderan bicitaxis de la Gran Manzana

AutorAlberto Armendáriz

REFORMA / Corresponsal

NUEVA YORK.- Las luces de neón iluminan la noche en Times Square como si fuera de día. Son las 10:30 de la noche y las aceras están llenas de gente saliendo de los teatros. Sobre Broadway, el tránsito es un caos, como siempre. La marea de taxis y autos se mueve muy lentamente. Pero entre ellos, haciendo zigzags se abren paso los bicitaxis, una de las nuevas modas en Manhattan.

Se les puede escuchar haciendo sonar sus campanillas cerca de los lugares más turísticos, como el Empire State, el Rockefeller Center o Central Park.

"¿Quiere un paseo, señora?", "¿Desea llegar rápido a su hotel, señor?", ofrecen los conductores de estos carritos de origen chino que se multiplican por las calles neoyorquinas ahora que llegó el verano, pero que ya están aquí para quedarse.

Tres compañías controlan el creciente negocio de los "rickshaws" (nombre del vehículo en inglés) neoyorquinos: New York Pedicabs, la más grande, con 40 bicitaxis, ubicada en el SoHo; Manhattan Rickshaw Company, en el Village, con ocho; y la recién abierta Manhattan Pedicabs, con seis, cerca de Central Park. La manera de trabajar de todas es la misma: los dueños alquilan los bicitaxis por el día a ávidos conductores deseosos de salir a pedalear y ganarse unos dólares mientras hacen ejercicio.

El alquiler cuesta 30 dólares diarios de lunes a viernes, y 40 los fines de semana. Conductores de todas las edades y nacionalidades piden sus turnos con anticipación y, una vez firmado un contrato -que les garantiza un seguro mínimo por accidente o por desperfectos técnicos-, salen a las calles a ganarse el sueldo con el sudor de su frente, literalmente.

Como es una moda más o menos reciente (los primeros bicitaxis llegaron a la ciudad en el 96, pero no fue hasta el año pasado que se volvieron populares), los precios de los paseos no están reglamentados, se negocia entre el conductor y los pasajeros, teniendo en cuenta la distancia, el peso, si el camino es cuesta arriba o si hace mucho calor. Generalmente se cobra entre 50 centavos y un dólar por cuadra, o por minuto, para dos pasajeros.

"Es una manera fantástica de conocer gente y de pasar el día al aire libre", comenta Simon Skolfield, un británico de 51 años que recién está empezando como conductor. Con la destreza de un taxista, la fuerza de un mensajero y el entusiasmo de un guía turístico, Skolfield recorre la Quinta Avenida con un par de turistas japonesas, a las que les señala la Catedral de San Patricio, mientras...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR