Apaga al Grito falta de fiesta

AutorCésar Cepeda y José García

La ceremonia de anoche del Grito de la Independencia en la Explanada de los Héroes pasará a la historia como la más resguardada, pero también como la más desairada y desanimada de los últimos tiempos.

La violencia y la inseguridad que se viven en la Ciudad le cobraron factura al evento patrio más importante del País: la fiesta tendrá que esperar para mejores tiempos.

Pero eso no lo entendió Luis Hernández, capitalino, quien vino desde la Ciudad de México a Monterrey para estar en el festejo regio, pero lo que se encontró sólo lo desanimó.

En la entrada a la Explanada, un policía estatal le advirtió: "Dejas el palo o no pasas".

Se refería al asta bandera que el capitalino traía para ondear durante el Grito.

"Uno como mexicano quiere celebrar. El ambiente son las banderas. Esto no se puede apagar", se lamentaba Hernández con el Lábaro Patrio puesto como capa.

"¿Para qué es toda esta vigilancia? Es en contra de nosotros. No es posible".

María Concepción Reyna no tenía muchos motivos para celebrar, pero de todas formas acudió anoche vestida de adelita a la Explanada, que según cifras extraoficiales concentró a unas 5 mil personas.

Ella junto con su esposo, Cruz, fue una de las comerciantes desalojadas de la calle Reforma.

"Venimos los que estamos y estamos los que venimos", dijo la mujer, tratándose de dar ánimo.

-¿Se siente segura?, se le preguntó.

"Sí. Hay mucha seguridad".

-¿Y la falta de grupos musicales?

"Está bien, por lo que pasó en el Royale. Estamos de luto".

Los simpatizantes priistas, acarreados en camiones desde varios municipios metropolitanos y distribuidos en el frente de la Explanada, donde el Gobernador Rodrigo Medina encabezó la ceremonia del Grito, recibieron trato privilegiado de los organizadores.

Mientras el acceso a las familias y ciudadanos estaba restringido por los filtros de seguridad, instalados en diferentes puntos de la Macroplaza, los priistas acarreados ingresaban a la Explanada por la plazoleta que conecta con el Museo de Historia Mexicana y sólo eran revisados con un detector de metales manual.

"Ella es de nosotros. Ella puede pasar", les indicaba una lideresa a los elementos de...

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