Antonio Lazcano Araujo / ¿El enfriamiento global?

AutorAntonio Lazcano Araujo

Aunque a menudo se nos olvida, tenemos casi tres siglos de prestar atención a los efectos de la actividad humana sobre el clima. Como resumió recientemente Oliver Cussen, durante el siglo 18 muchos naturalistas, filósofos y exploradores se interesaron por las secuelas que la explotación colonialista de los recursos naturales tenía en el planeta, incluyendo los cambios provocados en el suelo, las aguas y el clima. Registraban meticulosamente las variaciones estacionales de temperaturas, la intensidad de las lluvias y las respuestas de la fauna, y cuando Georges-Louis Leclerc, el conde de Buffon, leyó en París los reportes de los colonos de Quebec que hablaban de inviernos menos severos, se entusiasmó porque creyó que la actividad agrícola parecía estar frenando el enfriamiento del planeta. Buffon era un hombre culto y talentoso que se dio a la tarea de describir y explicar el mundo en una obra monumental de 44 volúmenes a la que llamó "La Historia Natural". No todos lo apreciaban, como lo muestran la lectura crítica que le hizo desde México Leona Vicario, y los conflictos que tuvo con Voltaire, Rousseau y Linneo, que le asestó una venganza taxonómica al bautizar una planta pestilente como "Buffonia". Al igual que muchos de sus contemporáneos, Buffon creía que cuando se formó el planeta la superficie terrestre estaba fundida, pero se convenció que al irse enfriando se helaron los polos, se recrudecieron los inviernos y comenzaron a avanzar los glaciares. De continuar este proceso de enfriamiento global, afirmó Buffon, veríamos el fin de la civilización. Para calcular la rapidez con la que el planeta se estaba enfriando, mandó fundir balas de cañón de distinto tamaño. Unas las calentó al rojo vivo, otras las congeló, y luego medía el tiempo que tardaban en alcanzar la temperatura ambiente. Aunque Buffon se equivocó al calcular que la Tierra se había formado hace apenas unos 75 mil años, en términos académicos había iniciado una nueva forma de estudiar al planeta, que dio lugar a lo que algunos llaman geología experimental. Inscrita en esa tradición científica, en 1856 Eunice Foote llevó a cabo una serie de experimentos caseros que le permitieron demostrar la importancia del dióxido de carbono en el calentamiento de la...

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