Entrevista/ Antonio Alamo/ Una fábula sobre la Iglesia católica

AutorRuth García-Lago

En entrevista, Alamo (Córdoba, 1964), quien se encuentra en México para presentar esta novela editada por Grijalbo-Mondadori, explica que NataSoy, palíndromo de Yo Satán, es una fábula, pero que le han dicho que sus personajes son verdaderos ángeles comparados con algunos que existen.

Alamo es, además de novelista (Breve historia de la inmortalidad, Premio Lengua de Trapo, 1996; Una buena idea, Planeta, 1998), un dramaturgo muy exitoso en España con varios premios en su haber, como el Marqués de Bradomín, el Tirso de Molina y el Ercilla, y sus obras se han representado en España, Francia, Argentina, Venezuela y México.

El autor no se declara anticlerical, sino que la novela es una fábula sobre la Iglesia católica.

"Por supuesto, hay reflexión, pero lo que predomina es la ficción. A mí el término anticlerical no me gusta y creo que rechazaría cualquier término que fuera anti no sé qué. Una de las cosas que a mí me parece más moderna de nuestra época no es apuntar con la denuncia, sino que es más con la ironía, que tiene mayor poder".

¿De dónde surge la idea de esta novela?

La primera idea que tuve fue en el año 90. Yo estaba viviendo en Benarés, India, entonces hubo una congregación en Sarnath, que fue el pueblecito donde el Buda tuvo la iluminación. Hubo una congregación de budistas bastante espectacular y yo me acerqué por curiosidad. En aquella ocasión el Dalai Lama puso en duda ciertos dogmas del budismo. Esto en el pensamiento budista es bastante habitual, puesto que la duda forma parte de la esencia del budismo. En cualquier caso, a mí me llamó la atención que un jefe espiritual de una determinada comunidad se permitiera el lujo de poner en duda ciertas cosas como, por ejemplo, el que él fuera la reencarnación de un buda. Y esto me hizo a mí preguntarme qué sucedería dentro de mi contexto cultural, qué sucedería si hubiera un Papa valiéndose del dogma de la infalibilidad papal -que es un dogma reciente pero que está muy instaurado dentro de la Iglesia, es un dogma de 1850. Y como sabes, este dogma implica que todo lo que dice el Papa es verdad, es una verdad infalible y también implica que aquellos católicos que no crean estas verdades infalibles están condenados al infierno. Un poco surgió de ahí.

Diez años después, tuve la oportunidad de viajar a Roma y, a fin de cuentas, yo no he tenido una educación religiosa al uso, no estuve en colegios de sacerdotes y demás, entonces necesitaba un poco ambientarme. Tuve bastante fortuna al...

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