Entrevista/ Antoine Tzapoff/ 'El era indispensable para La Doña'

AutorMónica Delgado

GENTE!/ Corresponsal

PARIS.- Antoine Tzapoff asegura que comprende el hecho de que María Félix, quien fuera su pareja sentimental durante 20 años, heredara la mayoría de sus bienes a Luis Martínez de Anda, su asistente, porque éste supo convertirse en alguien indispensable para ella, al grado que algunos otros miembros del personal de servicio de la casa de La Doña optaron por irse.

¿Ha hablado del testamento con Luis Martínez de Anda?

Hablé solamente una vez con él después del deceso de La Doña y no tocamos el tema. Desde entonces, estoy sin noticias de él.

¿Sabía que María Félix lo apreciara tanto?

Estos últimos años Luis Martínez supo hacerse indispensable. Se ocupaba de todo alrededor de La Doña. Había provocado una situación de conflicto con el resto del personal de servicio. Por ejemplo, la señora Angela que estaba al servicio de María Félix desde hacía 12 o 14 años, así como otras personas se fueron, y Luis Martínez se quedó solo para ayudar a La Doña. Esto que le digo es algo que constaté.

Pero me parece que también hay una razón psicológica para explicar esta herencia. Después de la muerte de su hijo, La Doña vio en Luis a un receptáculo de ese amor maternal que ya no podía expresar. Hubo como un desplazamiento afectivo de La Doña hacia Luis. Ella le tenía mucha consideración, por eso digo que fue una transposición de amor maternal, y además confiaba en él.

¿Tiene miedo de que todo lo que está en la Casa de Cuernavaca y en Polanco se disperse?

Esas casas, muy en particular la de Cuernavaca, son una riqueza, un verdadero patrimonio para México. No conozco realmente a Luis Martínez, quizás sea un joven bien, de calidad. Está en su total libertad de hacer lo que quiera con lo que acaba de heredar. Yo no tengo ningún derecho moral. Obtuvo un poder y hará lo que él quiera y como mejor lo piense. Lo que yo espero es que con esa casa y con todo lo que hay dentro se pueda hacer un museo, algo así como la casa-museo de Frida Kahlo y Diego Rivera. Le repito, la única preocupación específica que tengo es la de preservar la colección de cuadros que pinté para la exposición "Cuando la Danza se Vuelve Rito".

¿En alguna ocasión abordó con María Félix el tema de su testamento?

Recuerdo que en 1987 estábamos en México y La Doña llamó a un notario para escribir un testamento en el que estipulaba que la casa de Cuernavaca y demás propiedades eran para mí. Me lo dijo, y yo le respondí que no quería nada, que lo único que deseaba era que se preservara...

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