El antiestrella del rock

AutorSalvador Cisneros

Tres álbumes de estudio, giras internacionales, cientos de entrevistas, fanáticos que esperan horas por un autógrafo, sesiones fotográficas, cantar frente a multitudes que corean sus temas, una vida nómada por hoteles de lujo, cientos de horas de vuelo acumuladas... ésta es la vida de Brandon Flowers, vocalista de The Killers.

"Lo que he vivido no ha sido lo más natural, pero debo admitir que ha sido excitante. Llevar esta vida también te hace perder muchas experiencias fundamentales y creo que por ser músico he perdido la oportunidad de vivir muchas experiencias normales", explica Flowers vía telefónica desde su casa en Las Vegas.

"Supongo que nunca sabré cómo es crecer y madurar de una manera normal, mi proceso de maduración sucedió en habitaciones de hoteles, escenarios, en aviones... y también en el teléfono dando entrevistas".

Sin embargo, aun con esta vida fuera de serie, a Flowers no le gusta considerarse una estrella de rock.

"No sé si lo soy, la verdad es que nunca pensé en cómo sería ser un rockstar, jamás pensé en ese estilo de vida para mí. Más bien pensaba en cuán emocionante sería poder hacer música, tener que tocar todas las noches y el misterio que todo eso implica... eso para mí es lo emocionante", confiesa el músico de 28 años.

De hecho, el lema de "sexo, drogas y rock and roll" no aplica para él porque, además de que está casado y tiene una hija, es mormón y su creencia religiosa no le permite vivir una vida rockstar.

"Creo que mientras más grande soy, más sencillo es mantener un balance entre la religión y mi trabajo porque me vuelvo más maduro y la verdad es que no es tan difícil como parece ser", comenta.

"Me siento muy afortunado de que todo esto me haya pasado y no quiero estropear las cosas. Entonces, me siento muy agradecido y supongo que eso me mantiene en el camino".

El factor México

Flowers es originario de Las Vegas y afirma que lo que más le gusta de haber nacido en esa ciudad de la Unión Americana es la cercanía con México.

"Una de las cosas que más disfruto de Estados Unidos es que en Nevada hay mucha influencia de la cultura mexicana. Fue bueno conocer México porque no había ido hasta que dimos el primer concierto con The Killers; al tocar ahí y estar en contacto con los mexicanos me di cuenta que es un lugar con una vibra muy poderosa", comenta.

"Además, mi comida favorita de todo el mundo son los tacos de carnitas y nunca antes les había puesto limón hasta que fui a México. Eso fue toda una experiencia...

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