La antesala de las Dolomitas
| Autor | Irene Savio |
Corresponsal
TRENTO, Italia.-Cuando el frío invade Italia y los primeros copos de nieve empiezan a caer, a los amantes de la naturaleza y de los deportes una intensa sensación de vértigo y adrenalina les recorre el cuerpo.
El deseo más codiciado es llegar hasta allí, hasta las cuestas de los imperiosos Alpes, donde el sol es cegante y una vegetación en explosión cede el paso a un ambiente surrealista, casi fantástico.
Es en este momento que en Italia suben las ventas de todo tipo de equipo invernal, desde esquís hasta tiendas de campaña, pasando por raquetas de nieve y abrigos impermeables de última generación.
Pero toda buena expedición necesita de una base. Y Trento es la mejor. Capital de la provincia autónoma de Trentino, esta ciudad fundada por los celtas y luego conquistada en el año 15 a.C. por los romanos es una verdadera antesala para los Alpes orientales italianos, mejor conocidos como las Dolomitas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2009.
Esto porque, desde la urbe, recorriendo pocos kilómetros, es extraordinariamente fácil llegar hasta cualquier punto de los 12 valles que suman mil 200 kilómetros en pistas, conocido como el dominio de esquí más grande del mundo, entre los que está Val di Sole, el paraíso del snowboard, y Sella Ronda, el circuito más conocido de estas montañas.
Aunque también es una buena idea quedarse en Trento, que como todas las ciudades del extremo norte de Italia, es una urbe tranquila y sosegada, donde raramente se oye el sonido de un claxon o el grito de algún paseante. Por el contrario, sus prolijas y limpias calles e inmuebles en buen estado reflejan los orígenes de esta ciudad, que fue anexada a Italia en 1915, cuando el Imperio Austrohúngaro la cedió tras perder la Primera Guerra Mundial.
La Piazza Duomo y la Fuente de Neptuno, del siglo 18, de fuerte huella renacentista, son el centro neurálgico, mientras Vía Roma y las calles adyacentes se han convertido en el sitio para hacer shopping.
En el centro histórico despuntan el Palacio Pretorio, el Duomo y Catedral de San Vigilio, lugar donde se desarrolló el histórico Concilio. Sí, el Concilio de Trento, el evento por el que la Iglesia católica se reunió entre 1545 y 1563, en busca de una respuesta para los fieles católicos tras el cisma de Martín Lutero, fundador del protestantismo.
Un sitio imperdible es el majestuoso Castillo del Buonconsiglio, cuyas poderosas murallas rodean la ciudad retorciéndose sobre sí mismas.
Y después de...
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