El año de AMLO

AutorClaudia Guerrero

En este 2019, México estrena Gobierno.

Encabezada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, la nueva Administración declara el fin del neoliberalismo y la corrupción tolerada, impone la austeridad y los recortes en el gasto público y reparte más de 300 mil millones de pesos en dádivas o apoyos para el bienestar.

Sin embargo, el País cierra el ejercicio fiscal sin avances en el crecimiento económico, la inversión y los empleos ni posibilidades de un freno a la violencia y la inseguridad, reflejada en el aumento de delitos de alto impacto como homicidios, feminicidios, secuestros, robos y extorsiones.

Desde Palacio Nacional y con la mayoría en el Congreso, la nueva Administración consigue el aval de 14 reformas constitucionales, 15 nuevas leyes y modificaciones a más de 100 ordenamientos para crear entre otras cosas, a la Guardia Nacional, cancelar la reforma educativa, poner topes a los altos salarios, medidas de austeridad obligatorias y el primer ejercicio de revocación de mandato programado para 2022.

Los cambios, también permiten la creación de un nuevo Instituto de Salud para tratar de hacer frente al rezago heredado en el sector y evitar las crisis vividas en el año, por el desabasto de medicamentos y vacunas.

En la evaluación del propio Presidente, los peores momentos se viven con la explosión de un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, con un saldo de 137 muertos; el amago de Donald Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos.

Otros más: la toma violenta de Culiacán a manos del Cártel de Sinaloa --con la detención y posterior liberación del hijo de "El Chapo"--, la masacre de tres mujeres y seis niños de la familia LeBarón, y la decisión de otorgar asilo al ex presidente de Bolivia, Evo Morales.

El nuevo Gobierno impone una nueva manera de hacer política.

La estrategia del Presidente incluye dividir su tiempo en reuniones con el gabinete de seguridad nacional, conferencias matutinas de lunes a viernes, giras en fin de semana, reuniones de evaluación con su equipo y encuentros de trabajo constantes, más con empresarios que con Gobernadores.

En el estilo de la 4T, las decisiones son centralizadas por el Mandatario, quien no sólo trata de mantener el control de su Gabinete, sino que expande su operación política al colocar a personajes cercanos en órganos autónomos como la CNDH, la CRE y la CNDH, así como en el Poder Judicial, con tres Ministros y tres integrantes del Consejo de la Judicatura.

En estos 12 meses, el...

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