Anímese a conocer el Acapulco sin mar

AutorCarlos Tomasini

REFORMA / Enviado

ACAPULCO, Guerrero.- "A Jorge Campos le dicen 'El Brodi' que porque es de Acapulco, pero yo también nací aquí y nunca he conocido a alguien que cuando hable te diga 'brodi', es más, él tampoco lo dice".

Este comentario futbolero-turístico de uno de los anfitriones hizo darme cuenta de que en esta visita a Acapulco debería deshacerme de mis prejuicios para descubrir cosas nuevas y, afortunadamente, así fue.Los clichés, los mitos o quizá la costumbre convirtieron a Acapulco en un destino que muchos evitan porque "está choteado", "muy visto" o porque "sólo es para reventón" e inclusive hay quien dice que es "para puro naco"; sin embargo, actualmente ofrece cosas nuevas para todo tipo de viajero.

Las discotecas, las playas, los cocolocos y los pescados a la talla siguen ahí, pero ahora se le pueden agregar otras actividades como la ecología, la arqueología y la cultura.

Un paisaje verde a la orilla del mar

Donde termina (o empieza) la Costera, rumbo a Punta Diamante, subiendo cinco minutos por la desviación que lleva a la Universidad Loyola, se encuentra un oasis que envuelve en un verde colorido que compite con el azul del mar.

Localizado en plena zona turística de Acapulco, el Jardín Botánico Esther Pliego de Salinas tiene como misión mostrar la flora y la fauna, proporcionar un lugar de diversión diferente, tranquilo y placentero, además de incrementar el conocimiento de la ecología y la conservación del equilibrio del ecosistema al público en general.

Este jardín botánico está enclavado en la Sierra Madre del Sur, la que rodea Acapulco, dentro de seis hectáreas que pertenecen a la Universidad Loyola y que fueron cedidas en comodato al Primer Club de Jardinería de este puerto.

Las 35 señoras que eran socias de este club se pusieron a trabajar desde octubre del 2001 junto con amigos, hijos, voluntarios, primos y jardineros para terminar esta primera etapa que fue inaugurada el 2 de marzo del 2002.

El esposo de una de las socias es arquitecto y fue el encargado de realizar el trazo del recorrido actual que es de 600 metros, las cementeras locales les obsequiaron cientos de cilindros de concreto para marcar los caminos y se sembraron 120 especies de diferentes variedades para exhibir la diversidad de los trópicos que se sumaron a las ya existentes en el lugar.

Atravesado por dos riachuelos, este jardín botánico tropical cuenta con una gran variedad de especies nativas como árboles maderables (algunos de maderas finas y en...

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