Anécdotas de Estrellas / El señor de la escena

AutorPaula Ruiz

. Su primer gran drama lo protagonizó cuando era un niño de 4 años de edad. Su padre, don Alfonso López, de profesión militar, fiel a la causa del general Orozco en Veracruz, dejó el seno familiar para levantarse en armas en contra del gobierno en 1929.

A su corta edad, Ignacio López López, nombre real de Ignacio López Tarso, no alcanzó a entender la decisión de su papá, quien los dejó a él, a doña Ignacia, su madre, y a sus dos hermanos, Martha y Alfonso.

"Ese general fue el último revolucionario que se levantó en armas contra el gobierno. Todo el mundo le dijo a mi padre que era un error terrible, pero fue más grande su lealtad", cuenta el actor, quien al escucharlo pareciera que estuviera narrando una historia fantástica de ficción pues da una entonación especial a su relato.

"En la sierra, muy cerca de Veracruz, los agarraron y, sin más trámite, los empezaron a fusilar. Hicieron un matadero de gente, pero mi papá se escapó, porque tenía un amigo ferrocarrilero que lo pintó con carbón".

Un día, mientras jugaba en el jardín de su casa, un hombre con el rostro pintado de negro saltó la barda y lo tomó por sorpresa, él comenzó a patalear y a gritar. Estaba asustado.

Ese hombre era su padre, quien trató de calmarlo pidiéndole que se callara.

El protagonista de las cintas El Gallo de Oro, La Generala y La Casta Divina, cuenta esto de manera muy amena, sentado cómodamente en la sala de una de las habitaciones del Hotel Crowne Plaza.

DE LA PIZCA AL TEATRO

El histrión de 90 años trae a su memoria parte de su infancia, su juventud y su época actual.

Recuerda cómo al cumplir la mayoría de edad, López Tarso, por obligación, realizó su servicio militar, donde tuvo un desempeño destacado.

"No era nada más marchar. Me levantaba a las 5 de la mañana y me bañaba con agua fría ¡imagínate! Volví a Veracruz para un campamento como conscripto, pero con grado militar. Empecé como soldado raso, luego fui cabo, sargento y después sargento primero, todo ¡en un año!".

Ahí quedó esa experiencia, pues antes de cumplir los 21 años, sonsacado por unos vecinos, se fue de bracero a California a cortar naranjas con la idea, dice, de ganar buena lana, pero casi le cuesta la vida.

"Te tenías que trepar a unos árboles enormes para cortar las naranjas con las tijeras para no cortarles la colita, luego tenías que bajar a llenar las cajas y volver a subir a otro árbol. Sufrí un resbalón. Me caí sobre las cajas y me rompí la columna vertebral".

Ese accidente lo hizo volver a...

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