Andrés Oppenheimer/ Los mexicanos no festejan el nombramiento de Garza

AutorAndrés Oppenheimer

Los mariachis no salieron con sus trompetas a las calles para celebrar la noticia, ni hubo fuegos artificiales en la majestuosa avenida Reforma de esta ciudad.

La falta de entusiasmo no se debió únicamente a que el Presidente Bush ha postergado hasta nuevo aviso sus ambiciosos planes bilaterales con México tras los ataques del 11 de septiembre, cuando puso en la congeladora su política hacia América Latina pocos días después de haber proclamado que México era "la relación bilateral más importante" de Washington en el mundo.

Lo que ocurre es que la elección de un méxico-americano que habla bien el español para ocupar la principal Embajada de Estados Unidos en América Latina despierta sentimientos encontrados en este país. Muchos temen que un Embajador de Estados Unidos de origen mexicano hará lo imposible por demostrar su "americanidad", lo que podría ser desastroso para México.

La línea oficial del Gobierno del Presidente Vicente Fox es que México está feliz con el nombramiento de Garza, de 43 años, nieto de mexicanos y ex Juez de un condado del sur de Texas que actualmente ocupa el cargo de Comisionado de Ferrocarriles de Texas. Según los funcionarios mexicanos, Garza es un amigo cercano de la familia Bush, y -a diferencia de muchos diplomáticos de carrera- tendrá acceso directo al Presidente de Estados Unidos.

Garza fue el Secretario de Estado de Texas nombrado por Bush durante su gubernatura de ese estado, y desde entonces ha asesorado a Bush detrás de bambalinas sobre temas mexicanos y fronterizos. Asimismo, se sabe que Garza es un amigo cercano de la Primera Dama, Laura Bush.

Pero algunos funcionarios se preguntan en privado si es una buena idea el haber nombrado a un méxico-americano para el cargo, señalando que los dos últimos méxico-americanos que ocuparon ese cargo -el profesor universitario Julian Nava y el ex actor John Gavin- dejaron memorias bastante agrias en este país.

"Me preocupa un tanto que un Embajador méxico-americano que domine bien el español repita los errores de Nava y Gavin", me dijo un funcionario. "El peligro es que personas con ese perfil se sienten obligadas a demostrarle al mundo que son más americanos que Benjamin Franklin".

Héctor Aguilar Camín, un conocido historiador y novelista, me dijo que comparte dichos temores.

"Generalmente nos va mejor con un anglosajón en la Embajada americana", dijo Aguilar Camín. "Con Nava y con Gavin, tuvimos todo tipo de líos".

Nava, un ex profesor de historia que había sido el...

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