Andrés Clariond Rangel / Tips de campaña
| Autor | Andrés Clariond Rangel |
Como se deglute el más amargo jarabe, un trago de tequila corriente o una buena porción de wasabi confundiéndolo con aguacate, así habremos de navegar por el vendaval de campañas electorales que apenas empieza.
Maravilloso sería poder cubrirnos bajo las sábanas por unos meses y destaparnos ya que el monstruo de la publicidad política se hubiera ido. O tener la valentía de arrancarnos los ojos como Edipo para evitarnos la pena de ver por todos lados anuncios con monigotes maquillados y sonrientes.
Mientras no lleguemos a soluciones dignas de una tragedia griega, Ivonne y Mauricio nos acompañarán a comer, con Felipe y Bichara iremos al baño y de copilotos al conducir tendremos a Adrián y "El Bronco".
Nuestra intimidad abierta de par en par a individuos que no conocemos, quienes nos visitan cada tres o seis años para después no volver a poner un pie en nuestras casas. Si a la fuerza tenemos que hacerles un lugar en la cama, lo justo sería poder exigir un mínimo de calidad a sus intrusiones.
La publicidad usada por los candidatos, sus comerciales de radio y televisión, pecan de lugares comunes y de ser poco creativos, aunque ése no es su principal problema.
Los aspirantes se rodean de mercadólogos, maquillistas y asesores auspiciados por Cemex, pero les urge un buen director de actores.
Necesitan aprender a actuar. Si de cualquier manera nos echan puras mentiras, por lo menos que lo hagan con clase, con talento. El presupuesto millonario que se manejan los partidos daría para contratar holgadamente a González Iñárritu o a Martin Scorsese.
De los candidatos a Gobernador, Fernando Elizondo es quien muestra más conexión con el público. Le ayuda su tono pausado y mirada directa, aunque adolece de energía y pasión.
En el lugar opuesto está Ivonne Álvarez: sobreactuada, con movimientos de manos propios de un tránsito en un crucero peligroso, maneja una cantaleta que hace que no le crea ni su mamá.
Felipe de Jesús Cantú abusa de su sonrisa pensando que con ella proyectará una imagen jovial y relajada, pero al hacerlo pierde seriedad. Y "El Bronco" quiere seguir sacándole jugo al desgastado modelo del político bravucón y chabacano, quedando como un ranchero torpe al hablar.
Pasando de la forma a la sustancia, los políticos deberían tener más cuidado con lo que prometen en campaña. En un mundo viral todo queda archivado y desperdigado hacia la posteridad.
Para ejemplificarlo y como escarmiento que sirva a los actuales contendientes, revisemos algunas...
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