Andrés Clariond Rangel / Fanaticósfera
| Autor | Andrés Clariond Rangel |
"Paren el mundo que me quiero bajar". La frase falsamente atribuida a Mafalda representa muy bien la actualidad.
Tras haber estado dos años encerrados, con problemas de salud y perdiendo familiares, lo normal hubiera sido la llegada de una época dorada. "Después de la tempestad viene la calma", dice otra frase a la que recurrimos seguido. Sin embargo, sigue la penitencia para unos humanos que piden a gritos su extinción.
Cuando en México nos sentimos inmersos en una espiral de violencia inagotable y analizamos hacia dónde salir corriendo, es difícil encontrar en el globo terráqueo un lugar libre de sufrimiento.
El ser humano está enojado y a punto de explotar. Ideologías que se creían superadas amenazan con volver, la contaminación, el crimen, la guerra, la crisis económica, la desigualdad, son sólo algunos de los platillos del menú fatalista que se sirve en las mesas del mundo.
Cuán equivocado estaba Fukuyama con su fin de la historia, hoy la democracia liberal está más en peligro que nunca. Ahí está Estados Unidos agobiado por los locos que dejó Donald Trump y quienes, atizados por Fox News, depositan sus frustraciones personales en la teoría del reemplazo. Una idea importada de Francia e inventada por un paranoico Renaud Camus frente al miedo de ver a su patria convertida en una nación musulmana.
¿Por qué no podemos tener más inmigrantes noruegos?, decía Trump en campaña. No importaba que fueran tan ajenos a la cultura gringa como los latinos, lo importante era su tono de piel clara y rubia cabellera.
Y con esa mentalidad se quedaron los ciegos seguidores del ex Presidente, responsables de recientes tiroteos con fines racistas. Dos en el 2019, uno contra una sinagoga buscando matar judíos y otro en El Paso dirigido a latinos, y el último hace unos días contra negros en Buffalo, Estado de Nueva York.
Con estos antecedentes veo con preocupación la organización del 13 al 15 de julio de un evento en Monterrey llamado Congreso Iberosfera 2022.
No se trata de un lugar a donde ir a degustar tapas españolas, aprender flamenco o volar gratis por la línea aérea Iberia. Es un cónclave de las extremas derechas española y latinoamericana. Esas que están en contra del feminismo, que apoyan las terapias de reconversión y le dan palmaditas a los pobrecitos hombres por la mala fama que se les ha hecho de golpeadores y violadores.
¿Por qué en Monterrey? Tanto trabajo que nos ha costado levantar el nombre del rancho regio para que ya no sea considerado un...
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