Andaba chofer algo mareado

PUENTE GRANDE.- Con unas "copas" encima conducía el chofer de la Ruta 52-B que el viernes atropelló y causó la muerte a un peatón, en Tlajomulco de Zúñiga.

El resultado de la alcoholemia reveló que Marco Antonio Ramos o Romo Arellano operaba la unidad de transporte público con una concentración de 132 miligramos de alcohol en 100 mililitros de sangre.

Legalmente esto no representó ninguna diferencia para el conductor, ya que le faltaron 18 miligramos para que su estatus se agravara por la ebriedad.

Aunque la Fiscalía Estatal indicó que el chofer no incurrió en agravantes, en realidad el Ministerio Público lo consignó por homicidio a título de culpa grave, sin derecho a libertad bajo fianza.

Lo anterior, debido a que manejaba a 90 kilómetros por hora en una vialidad donde el límite es de 50; además, operaba un vehículo con capacidad para más de 12 pasajeros.

El percance ocurrió la mañana del viernes, cuando Ramos Arellano circulaba por Prolongación 8 de Julio, a la altura del Fraccionamiento Cielito Lindo.

Tras salir de una curva, pendiente abajo, el sujeto perdió el control del volante, se estrelló contra un poste de la CFE y atropelló a Humberto Medina Guerrero, de 50 años.

Paramédicos de Tlajomulco atendieron al afectado, quien agonizó por varios minutos y falleció a bordo de una ambulancia.

El delito de homicidio a título culpa grave, en un caso como éste, es sancionado con penas de entre 3...

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