Ana Laura Magaloni / ¿Políticas preventivas?

AutorAna Laura Magaloni

Es un drama que cualquier niño abandone la escuela por no contar con unos lentes que le permitan ver bien, leer y aprender. El problema en México no parece ser menor. Según el subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa, "la SEP estima que el 28 por ciento de los casos de deserción se relacionan con problemas de discapacidad, principalmente auditiva y visual". Yo creo, y habría que demostrarlo empíricamente, que el hambre, la necesidad de ganar dinero y la violencia intrafamiliar, entre otros, son causas centrales de la deserción escolar, y quizá sean mucho más importantes que la discapacidad visual. Sin embargo, no soy experta en ese tema. La pregunta que vale la pena responder, y esa es la que a mí me llama la atención, es si debería o no ser la tarea de la Subsecretaría de Prevención del delito atender el problema de la discapacidad visual de los niños mexicanos. Roberto Campa sostiene que este programa de reparto de lentes en el largo plazo va a reducir el delito y la violencia, pues va a reducir la deserción escolar. Si este es el enfoque de la política preventiva, creo que se ha perdido por completo el foco. El problema grave de la deserción escolar, en mi opinión, es un problema que debería atenderse en Sedesol, pues está íntimamente relacionado con los índices de pobreza y marginación. La Subsecretaría de Prevención tiene otros focos rojos mucho más relevantes que atender, en términos de detonantes de violencia y delincuencia en el país.

En 2012, Catalina Pérez Correa y Elena Azaola coordinaron una encuesta a la población interna de los Centros Federales de Readaptación Social. En esta encuesta existen algunos datos que pueden ayudar a entender cuáles son contextos sociales y familiares que propician que hombres y mujeres decidan ingresar a las filas de la delincuencia. La encuesta destaca que 40 por ciento de los internos vivieron de niños con algún adulto que abusaba del alcohol; 18 por ciento vivieron con algún adulto que los golpeaba frecuentemente, y 35 por ciento han tenido al menos un familiar en la cárcel antes que ellos. Una variable muy importante es que muchos de los internos abandonan el hogar antes de cumplir 15 años y las razones centrales son la violencia intrafamiliar y las carencias económicas. En cuanto a la deserción escolar a nivel primaria, 16 por ciento de los hombres internos y 23 por ciento de las mujeres abandonaron la escuela antes de terminar la...

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