Ana Laura Magaloni / El poder de la indiferencia

AutorAna Laura Magaloni

"Este año la nación enfrenta una crisis económica severa. Me gustaría referirme brevemente a qué están haciendo los hombres y mujeres del Poder Judicial para controlar los costos de la administración de justicia". Éstas son las palabras del presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos al momento de presentar, en diciembre de 2008, el informe de labores del Poder Judicial federal de ese país. En una conferencia de escasos 30 minutos, Chief Justice John G. Roberts señaló tres cuestiones fundamentalmente: 1) el costo total del Poder Judicial de Estados Unidos representa dos décimas del 1 por ciento, es decir, 0.2 por ciento, del total del presupuesto de egresos del gobierno norteamericano; 2) no obstante el costo minúsculo de los tribunales federales, se ha generado una estrategia de contención del gasto a partir de analizar más de 50 operaciones que podían ser potencialmente generadoras de ahorro y, 3) se concluyó que existían tres áreas en las que se podían alcanzar ahorros significativos: renta de edificios, control del crecimiento del personal y desarrollo de tecnologías de información para reducir el costo del manejo y administración de casos. Luego explicó cuánto dinero se ahorró, en 2008, en esos tres rubros.

En franco contraste con el caso norteamericano, el Poder Judicial federal está solicitando un aumento de 18 por ciento para el presupuesto de 2010. Asimismo, hace algunas semanas el Consejo de la Judicatura Federal señaló que la reforma constitucional de salarios máximos no se va aplicar en el Poder Judicial hasta que no se expida la ley reglamentaria. Esto es, a pesar de que estamos ante una de las crisis económicas más severas que ha vivido el país, la austeridad, la reducción de gastos y las estrategias de ahorro no forman parte del catálogo de prioridades de nuestros impartidores de justicia. A juzgar por los hechos, no existe la convicción en nuestros juzgadores de que para velar por justicia, la igualdad y la libertad de los ciudadanos se tiene que comenzar predicando con el ejemplo. Evidentemente, frente al tamaño del boquete financiero, las políticas de austeridad del Poder Judicial tendrían poco impacto. Sin embargo, tales políticas serían fundamentales en dos sentidos: en la construcción de legitimidad de la propia Judicatura federal y en establecer un parámetro de medición para los otros poderes.

Ello, en mi opinión, fue el corazón del discurso del presidente de la Corte norteamericana. No importa cuál es el impacto...

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