Ana Laura Magaloni / Morir en el DF

AutorAna Laura Magaloni

Hace dos años llevé a cabo, junto con otros investigadores, trabajo de campo para averiguar cómo funcionaba la Agencia Especializada en Homicidios en el DF. Pensé que, a propósito del Día de Muertos, valdría la pena difundir algunos de los hallazgos de ese trabajo, sobre todo porque estoy convencida de que con una visión estratégica el jefe de Gobierno y el actual procurador podrían mejorar significativamente la calidad de la persecución criminal en homicidios en el DF. Además, desde que llevé a cabo ese estudio, he creído que el proceso de implementación de la reforma de juicios orales en el DF debería comenzar por casos de homicidio.

Lo que pude observar en la Agencia Especializada en Homicidios en el DF es bastante atípico en las procuradurías del país. Existen recursos humanos bien capacitados y remunerados, con vocación por lo que hacen. También existe un centro de trabajo ordenado, con condiciones materiales y de infraestructura adecuadas. Ello es un estupendo punto de partida para un proceso de reforma. Sin embargo, a pesar de estas buenas condiciones, existen problemas de gestión y organización internas, propios de un modelo de persecución criminal de corte autoritario, que limitan enormemente la posibilidad de éxito de esta agencia especializada.

La idea y puesta en marcha de una agencia dedicada exclusivamente a la investigación y persecución de casos de homicidios fue de Diego Valadés, durante el tiempo en que fue procurador capitalino. Ello significó la capacitación de un selecto grupo de ministerios públicos en lo que nunca habían aprendido antes: métodos de investigación penal profesionales aplicados al ámbito de homicidios. Fue el propio FBI quien llevó a cabo esta capacitación. Asimismo, se modificó la forma de organización interna que caracteriza a las agencias prototípicas. En vez de mesas de trámite, en donde no hay responsables de construir una acusación, sino sólo tramitadores de diligencias, se establecieron equipos de trabajo a los que se les asignaban casos específicos. Dichos equipos se conformaban por ministerios públicos, policías y peritos. Se les asignaban cinco casos a la vez. No más.

Este modelo de agencia permite que, por un lado, los ministerios públicos se conciban a sí mismos como investigadores y no meros tramitadores de diligencias y, por el otro, incentiva un buen equilibrio y colaboración entre ministerios públicos, policías y peritos. Ambas cuestiones son completamente atípicas en la persecución...

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