Amsterdam: Un templo llamado Venus

AutorPablo Gámez

Ubicado en la calle Damrak y situado en una casa construida en el siglo 17, el Museo del Sexo de Amsterdam, llamado también el Templo de Venus, es el primero y más antiguo del mundo en su tipo.

Fue en 1985 cuando el Templo de Venus abrió sus puertas. Los primeros meses del museo son descritos por los padres del proyecto como de incertidumbre, debido fundamentalmente a que la colección inicial consistía en un reducido inventario de objetos eróticos que datan del siglo 19 y que se expusieron en unas cuantas vitrinas.

Sin embargo, la incertidumbre de los primeros meses quedó sepultada cuando se empezaron a conocer las impresiones y comentarios de los visitantes. Todo lo que se decía era positivo, lo cual fue motivo suficiente para los dueños del Templo de Venus de ampliar en poco tiempo la colección inicial.

En un principio asombrada, la población de Amsterdam, y de los Países Bajos en general, reaccionó positivamente al proyecto del primer museo del sexo de Europa. Pero no es de extrañar el abrumador éxito que tuvo.

A pesar de que antes de su apertura se podía encontrar en Europa museos de todo tipo, nunca se le había prestado la suficiente atención a los aspectos históricos y artísticos del sexo. Y esto es justamente lo que hizo el Museo del Sexo de Amsterdam.

El Templo de Venus logró demostrar que la cosa más natural del mundo, es también la cosa con más historia del mundo.

La colección del Templo de Venus se fue ampliando y por lo tanto el museo necesitó de más espacio.

En la actualidad, el museo es visitado anualmente por medio millón de personas, lo que lo convierte en uno de los museos más visitados de la capital de los Países Bajos.

Principalmente durante los últimos años, en otras capitales europeas se han abierto museos del sexo similares al Templo de Venus. Es el caso de Copenhague y París, pero lo cierto es que ninguno de ellos parece alcanzar el arrollador éxito del Templo de Venus.

El visitante encuentra la colección distribuida en una casa principal y dos casas situadas en la parte trasera, unidas por unas escaleras de diseño original y las cuales permiten ubicar los diferentes espacios.

De esta forma es que el Templo de Venus se transforma en un laberinto de habitaciones y pasillos, cuyas vistas de lo interior no dejan de sorprender a los visitantes. Todo esto en combinación con una colección cada vez mayor de objetos de diferentes culturas y épocas, hace que el público se entretenga durante horas con todo lo que se puede ver...

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