Cuando el amor se va

AutorOdette Lomelí

Abrir esa puerta parece sencillo, de hecho todos decimos estar abiertos al tan codiciado amor, pero la auténtica puerta es de trazos firmes y sólida protección, y pareciera que no en vano, porque en realidad el riesgo es grave. Pues cuando el espacio inmaculado del corazón es tocado, la construcción inicia un proceso de desvanecimiento en el que aquello que parecían murallas se transforma en nubes, aquello que parecía ser firme terreno, se evapora, la certeza se torna en incertidumbre, y las paredes del cuerpo entero tribulan amenazadas entre la bulla y la quietud.

Amar, sin duda, es peligroso, pues todas las relaciones tienen como destino final; el fin. Tarde o temprano el cuerpo, regresará a su solitud original, y lo sabe, es por eso que se cuida y cubre con cementos y losetas, con telas y encajes intocables, su trivial, pero al fin y al cabo aparentemente seguro, capullo.

El hogar es un sitio para ser amado y para amar, nos brinda un sentido de pertenencia, afecto y unión. Es un lugar especial, en donde nos podemos resguardar de las tropelías del mundo exterior, pero también puede ser un calabozo, un campo de batalla, un árido desierto o un congelador con tecnología de punta.

Hoy en día, en que todo se ha vuelto tan sofisticado, las nuevas estructuras sociales han erosionado los lazos con nuestra casa, y todo lo que se parezca a intimidad. Claro que la modernidad tiene sus conveniencias, pero quizá es tiempo de redistribuir y tomar la miel de los avances sin dejar que nuestros labios se queden partidos ansiando ser besados.

Atrévete, abre esa puerta y permite que el amor entre a tu casa. Ama como si nunca hubieras sido lastimado.

odettelomeli@serpronet.com

Ilustración: Cecilia Falcón

De la botica del hogar

-Reactiva tu vida amorosa, ésta se representa por el elemento de la tierra, los largos días de verano y las cosechas a punto de ser levantadas.

-Para hacerlo elimina ornamentos rotos, objetos que te conectan con emociones dolorosas de tu pasado amoroso, como viejas cartas de amor, fotografías o cualquier objeto que te sugiera, o recuerde a tu corazón roto.

-Trabaja en el don del perdón y la conciliación. De esta manera abres espacio para que...

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