Ese amor se lleva en la sangre

AutorCecilia Durán y Rocío Fonseca

Son pocas las especies en que los machos tienen la responsabilidad de cuidar a las crías, es decir, que asumen un comportamiento maternal.

"En esas especies en que los machos cuidan a las crías, el cerebro y el sistema neuroendócrino que regulan el cuidado que proveen son similares a los de las hembras, pero incluyen sutiles diferencias", comenta Curley, también profesor de Cambridge.

"Se sabe menos acerca del por qué o cómo los padres cuidan a sus crías pero, como en las hembras, es resultado de una combinación de factores tanto genéticos como de experiencias. En los humanos, tanto hembras como machos, las experiencias tienden a ser factores más determinantes que el genotipo heredado".

En el trabajo con roedores los genes que se han identificado como partes esenciales del cuidado materno hacen que la hembra sea incapaz de cuidar de sus crías sin ellos, porque el desarrollo del cerebro está muy alterado.

"Esto significa que todos los individuos de una especie tendrán estos genes por lo críticos que son, por esto las diferencias entre los individuos en sus habilidades paternas son difícilmente atribuibles a una diferencia (o mutación) en estos genes", comenta Curley.

Las diferencias entre individuos en sus habilidades paternales son más atribuibles a las distintas experiencias tempranas de la vida que a las genéticas.

"Se ha comprobado que la conducta social influye en cómo se porta una mamá, pero también existe la posibilidad que los genes pudieran afectar el comportamiento de los padres", dice el doctor Óscar Rodríguez, responsable del departamento de divulgación científica del Centro de Ciencias Genómicas de la Universidad Autónoma de México.

El científico y divulgador participó en el desarrollo del primer secuenciador de ADN en Latinoamérica y coautor del primer genoma que se secuenció en México.

"Los experimentos con ratones sorprendieron, porque era la primera vez que moviendo algo genético se tenía una respuesta conductual tan clara", asevera Rodríguez.

Se ha descubierto que en el desarrollo y expresión de inteligencia, humor, preocupación por los demás y otras emociones relacionadas con el comportamiento humano influyen la educación y otros factores.

El científico es claro, el medio ambiente en el que crecen los sujetos les permitirá desarrollar o no comportamientos positivos o negativos.

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