Amor al extremo

CANCHA / STAFF

¿Qué hace un padre cuando le dicen que su hijo de apenas ocho meses de vida nunca podrá hablar, tampoco caminar, ni aprender?

Dick Hoyt lo resolvió convirtiéndose en el cuerpo de su hijo, un cuerpo cuyo corazón se llama Rick, y juntos forman el equipo Hoyt.

Rick nació hace 44 años, en Massachusetts. En el momento que Judy, su madre, dio a luz, él traía el cordón umbilical enredado en el cuello, lo que le cortó la llegada de oxígeno al cerebro, y por ello sobrevino la parálisis cerebral.

De recién nacido, Rick parecía normal, pero ocho meses más tarde, el médico le informó al matrimonio Hoyt que Rick probablemente quedaría en estado vegetativo.

Dick descartó la idea de ver a su hijo inmóvil, y conforme creció, lo "enseñó" a nadar, a correr y hasta a andar en bicicleta.

Judy y Dick no tardaron en detectar que Rick era muy inteligente, aprendió el abecedario, y como podía se comunicaba con ellos, por eso trataron de educarlo en escuelas convencionales, pero la idea no prosperó los primeros años.

En 1972, un grupo de ingenieros diseñó una computadora interactiva que ayudó a que Rick escribiera frases en la pantalla. Sorpresivo fue para los Hoyt ver un: "Hola, mamá", o un "Hola, papá", pero aún más fue ver un: "¡Vamos Bruins!", en alusión al equipo de hockey de Boston que ese año ganó la Copa Stanley de la NHL.

Rick entonces pudo manifestar una de sus más profundas pasiones: los deportes.

Inicia el gran reto

Fue en 1975 cuando Rick, en su silla de ruedas, fue aceptado en la escuela pública. Dos años más tarde le comunicó a Dick que quería participar en una carrera de cinco millas a beneficio de un deportista local que había quedado paralítico después de un accidente.

Dick, quien era un corredor de largas distancias, puso a Rick en su silla de ruedas y terminaron juntos la carrera.

Ese día, Rick le dijo a su papá que, cuando corría con él, sentía que su discapacidad desaparecía. Así inició la historia del equipo Hoyt, el Team Hoyt, como se le conoce en Estados Unidos.

El Maratón de Boston de 1981 fue la primera gran competencia, y siguieron cuatro años más en las carreras de 42.195 kilómetros.

Pero el siguiente reto estaba en puerta: un triatlón. La carrera estaba más que probada, Dick andaba en bicicleta desde los seis años y no tenía problema para llevar a Rick, la complicación se presentó en el agua porque Dick no sabía nadar, pero aprendió para complacer a su hijo.

Así pues, el Día del Padre de 1985, Dick puso a su hijo en una...

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