Amor, dolor y Morrison

AutorOliver Zazueta

Cuando se está en la antesala de una ceremonia como la del Gram-my hay que salir con las mejores galas.

Carla Morrison entendió el concepto a la perfección y el sábado, antes de viajar ayer a Los Ángeles al evento musical por el que estaba nominada como Mejor Álbum Latino Alternativo por Déjenme Llorar (aunque no se llevó el galardón), se lució ante los tapatíos.

Y no fue solamente porque la bajacaliforniana saliera con un vestido de fiesta ceñido, color negro y plata, sino porque también le otorgó a los más de 2 mil asistentes que colmaron el Teatro Diana una velada bastante apta para melodramáticos, con temas de amor, dolor y tribulaciones de la vida.

Escuchar las canciones de "La Morrison" es encontrarse con temas universales y comunes, es fácil imaginar la razón de su éxito, cómo no sentir el pulso amoroso de "Compartir".

Tal vez recordar a aquella persona que por miedo no cerró el ciclo cara a cara y se fue "Sin Despedir o simplemente hacer referencia a aquel momento en que la manipulación del otro se presenta y la relación se convierte en una equivocación, pero también en una "Falta de Respeto".

Antes del océano de miel y limón de la intérprete, los zacatecanos de Enjambre y Comisario Pantera habían calentado el ambiente con un potente rock, por lo que era necesario un remanso que fue dado con la llegada de la banda de la tecatense: cinco músicos, batería, teclado, contrabajo, flauta transversal y guitarra.

En las butacas, los fans de hueso colorado se desvivían, levantaban carteles y efigies con el nombre de la bajacaliforniana, cantaban a todo pulmón y celebraban cada discurso, otros vivían con intensidad...

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