En el amor comprado, ella pone las reglas.

Como desde hace cinco anos, Maria espera sentada sobre un banco de plastico la llegada del primer cliente, ante la indiferencia cotidiana que envuelve a la gente que transita a pie o en auto sobre Calzada de Tlalpan, en la Ciudad de Mexico.

Con el escote atrevido de un vestido que apenas cubre sus bien formadas piernas, la mujer mantiene la vista y toda su atencion en los autos que circulan sobre esa transitada avenida.

De pronto se levanta con rapidez para atender la falsa senal de un cliente, luego se recarga en las rejas de color azul de un negocio para escudrinar en su memoria un pasado doloroso, en el que recuerda el abandono de su madre al mes de nacida.

"Eso me marco para toda la vida; si tu madre no te quiere, que puedes esperar de la vida. Esto fue tan triste que provoco que los suenos y las esperanzas no estuvieran permitidos para mi", dice con resentimiento y coraje.

El estruendoso sonido provocado por las turbinas de un avion que sobrevuela en ese momento llama la atencion de Maria, pero los fuertes rayos del sol apenas le permiten ver la aeronave que desde ese punto prepara su aterrizaje.

La forma en que se gana la vida no la perturba, "lo unico que me preocupa es que tengo cinco hijos y me moriria de la verguenza si ellos se enteran en donde estoy realmente", dice.

Recuerda que antes de estar aqui busco trabajo, "pero como no tengo estudios ni un oficio, busque empleo de lavatrastes, de hacer el aseo en casas, de muchas otras cosas, pero resulto lo mismo: el patron me violo. Y de eso, a esto, en donde cobro y yo pongo las reglas, mejor esto".

Con indignacion e impotencia comenta que eso fue otro de los golpes duros que se agregaron a "esa canasta" llena de agresiones fisicas y emocionales a su persona, a sus sentimientos, y que ha acumulado a lo largo de 50 anos.

Asi, en el transcurso del dia, en muchas ocasiones se levanta y avanza a paso rapido sobre la banqueta hacia el carril de baja velocidad de la arteria. Luego regresa tras la falsa senal y vuelve a su lugar para seguir a la espera de trabajo.

En varias ocasiones Maria limpia el sudor en su rostro que amenaza con estropear el llamativo maquillaje, o los rizos rubios cubiertos de gel y spray que cubren su frente.

"Lo unico que he encontrado a lo largo de mi vida son personas que me han tratado muy mal, que me han hecho mucho dano, y ya no estoy dispuesta a aguantar mas", agrega con seguridad, y aclara que "esto para mi es solo trabajo, nunca ha sido mi objetivo buscar...

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