Entre el amor y el caos

AutorGerardo Ochoa

Para muchas personas, adoptar un bebé es una vía para formar una familia, sin embargo, no siempre se cumple el sueño. A veces, hay que aceptar a un niño de mayor edad.

Niños que han estado expuestos a experiencias duras en la casa cuna y en la familia que los expulsó o abandonó, los ha formado difíciles pero no imposibles de educar. Comprender lo que motiva sus acciones creará una relación de mutua confianza y respeto con ese pequeño que tanto buscó.

No Dé por Sentada la Relación

Una fantasía de los padres adoptantes es que el niño adoptado está feliz porque ya consiguió papás. Puede ser, pero más frecuentemente el niño no sabe qué esperar. Ya vivió en una familia que lo abandonó o lo maltrató, y sabe, porque lo ha escuchado de sus compañeros de casa cuna, que algunos padres postulantes para adoptar se arrepienten en el periodo de prueba y devuelven a los niños a la institución. El niño, por eso, quiere evitar involucrarse emocionalmente para no sufrir luego con un abandono que en su mente es una realidad potencial.

Sea paciente con sus ambivalencias. En un momento la abrazará y más tarde la rechazará e incluso pondrá a prueba su tolerancia con conductas desafiantes. Aunque debe mantener el control en su conducta, ámelo sin condiciones. El tiempo va a darle la razón.

Trastornos Pasajeros

Aunque el niño esté bien ajustado emocionalmente a la vida de la casa cuna, el cambio de ambiente puede desencadenar desajustes como berrinches, rebeldía y tristeza.

Muchos niños mojarán la cama o descuidarán su ropa, aunque esto más bien se debe a que lo hacen a diario en las instituciones.

No obstante, los cambios súbitos de humor, las peleas y los pequeños hurtos sí son parte del desajuste. Al proveer al niño con un ambiente estable y cálido, los desequilibrios desaparecerán pronto.

Relación con Otros Niños

Si hay niños en casa verá que el adoptado se adapta fácil y rápido, pero superficialmente a ellos, al menos en el inicio. Conforme adquiera confianza y la sensación de propiedad de sus juguetes, ropa y nivel en la familia, irán surgiendo peleas y retos contra los demás niños.

Son ajustes pasajeros, pero hay que evitar que las agresiones se conviertan en hostilidad crónica o ataques injustificados. Hágale ver que nadie le va a quitar sus cosas, que usted lo quiere mucho y que aunque también quiere a sus hermanos, primos y amigos, él es muy especial y único.

Serénese ante las Regresiones

Por motivos como la falta de...

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